La historia del voleibol resulta interesante de evaluar más a fondo, considerando que todas las medidas de la cancha y la red se perfeccionan de tal manera de aprovechar más el campo. Descubre este y otros detalles interesantes acerca de este deporte que tiene bastante tiempo de antigüedad.
Origen e historia del voleibol
La historia del voleibol tiene un protagonista bastante importante, quien dio a conocer este deporte en 1895, tratándose desde luego de William George Morgan. Este deportista fungió por muchos años como entrenador deportivo en una Asociación Cristiana de Jóvenes. Curso sus primeros estudios en el Colegio de Springfield, ubicado en la provincia de Holyoke.
En algún momento de su vida llegó a compartir afinidades con James Naismith, creador del juego del baloncesto en 1891. Inicialmente, la historia del voleibol estuvo bastante apegada a lo que corresponde al baloncesto, aunque sus características relacionadas al otro deporte quedaron un tanto sosegadas. Para los jóvenes, el voleibol consistió en una disciplina bastante exigente, mientras que los adultos presentaron un sistema menos rígido y más relajado para distraerse en su tiempo libre.
Tanto el baloncesto como voleibol son dos deportes que históricamente surgieron casi en paralelo al final del siglo XIX. Holyoke y Springfield fueron protagonista de los primeros jugadores que practicaron esta disciplina como método de entretenimiento. Como dato curioso, sus dos exponentes obtuvieron sus estudios en el mismo colegio para posteriormente participar como entrenadores en la Asociación Cristiana de Jóvenes. La historia del voleibol más adelante se encargaría de vincularla como una parte esencial que complementa a la Educación física. (ver: Historia de la Educación Física).
El voleibol tiene como principales variantes que puede encontrarse en sitios cerrados como los gimnasios o jugarse al aire libre, como la playa. Su modalidad principal se basa en equipos, para tener como referencia el balonmano o el tenis.
Por supuesto, al fundar este deporte, Morgan estableció las primeras medidas que tendría una cancha de voleibol, con unos referentes de 7,62 m × 15,24 m, a lo que es lo mismo decir 25 pies por 50. Por su parte, la red medía aproximadamente los 2 metros de altura, equivalente a 6 pies con 6 pulgadas. En el pasado no se tomaba mucho en cuenta la cantidad de jugadores que estarían en el espacio abierto o cerrado, como tampoco la cantidad de toques al balón.
En caso de presentarse situaciones como el saque erróneo, el jugador tenía una segunda oportunidad para hacerlo de forma correcta. Para 1896 se efectuó una conferencia importante con varios entrenadores de la Asociación Cristiana para tratar algunos asuntos referentes a las reglas del voleibol. Morgan presenta de forma oficial este juego, con unos buenos argumentos se ganó la aprobación del resto de sus compañeros.
En virtud que la pelota usada en el voleibol pasa la mayor parte del tiempo en el aire y el hecho de tocar el suelo es una falta, Alfred T. Halstead se encargó de darle el nombre oficial de volley ball. Al momento de aprobarse esta propuesta, aún se mantiene vigente, porque en la lengua inglesa se sigue escribiendo tal y como lo planteó Alfred en la conferencia.
Para el año 1952, la frase volley ball se unifica en una sola palabra hasta expresarse como volleyball en inglés. En ese mismo año se hicieron respectivas modificaciones en este juego para hacerlo más competitivo, además, darle continuidad a ese proyecto naciente en 1896. William George Morgan continuó trabajando con esta disciplina para proponer el diseño del balón, bajo la firma de A. G. Spalding & Bros, en Massachusetts.
Gracias a que las reglas del voleibol estuvieron correctamente fundamentadas, inició su expansión en 1900 en Canadá. Luego de llegar a esta localidad, el deporte se hizo notar en muchas comunidades asiáticas. Acto seguido, los soldados de nacionalidad estadounidense introdujeron este juego durante la Primera Guerra Mundial, para convertirse en un deporte bastante popular que animó a la gente a participar en los torneos amistosos.
Hacia 1912, se analizaron las reglas anteriores del voleibol para indicar si necesitaban reformarse, como por ejemplo, las dimensiones de la cancha. Por primera vez se habló de un tamaño proporcional del balón que, curiosamente, fue un tema que jamás se tocó desde su creación.
Este juego ahora no contará con participaciones ilimitadas como se hacía en el pasado, porque la cifra tope de jugadores debía ser de 6. La rotación en el saque es otra de las reglas que se vieron modificadas en el año 1912.
La Guía de Voleibol de Spalding que se escribió 4 años más tarde de las primeras reformas establece una cifra importante de 200.000 jugadores profesionales que forjaron su dinámica en la Asociación de Cristianos Jóvenes; la misma escuela de Morgan. Esa cantidad distingue entre niños, adolescentes y adultos experimentados que se enfocaron en practicar el voleibol hasta convertirse en jugadores élite.
Este comité solicitó a la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA) para que estableciera las mismas reglas para el voleibol para que su aprendizaje se compaginara correctamente con el de YMCA. Gracias a esto, el voleibol se vería como una cátedra que los niños, niñas, adolescentes y adultos debían aprender para el futuro.
El ataque de todos los zaqueros se vio limitada, al igual que los números para los toques en la pelota para 1922. Otro aspecto importante a resaltar son las situaciones de empate. Si un marcador de juego se encuentra 16-16, se tendrá que disputar dos puntos definitivos para determinar al equipo ganador. En esa misma época se realizaron todos los preparativos correspondientes para oficializar el primer campeonato estadounidense de voleibol con sede en Brooklyn- Participaron un total de 27 equipos pertenecientes a 11 regiones diferentes.
En la historia del voleibol, se hizo presente esta disciplina como actividad olímpica en 1924, pero solo como un deporte de demostración. Rumbo al año 1930, el voleibol sólo se consideraba como un deporte recreativo, sin existir mayor número de torneos internacionales para esas fechas. Este hecho no ocurrió con Europa, porque si se mantuvieron practicando el deporte de manera más profesional para hacer participes a los mejores en el voleibol que compitieran en campeonatos.
Mientras Europa del Este continuó efectuando campeonatos locales, en 1933 se desarrolló el primer torneo de la Unión Soviética, hasta abarcar casi 400.000 jugadores. Algunos años más tarde, un grupo de federaciones tomaron la decisión de unir fuerzas para inaugurar en 1947 la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), con la meta de replantear otra vez las reglas para hacerlas más justas y competitivas.
A los pocos meses de nacer la FIVB, se creó el Campeonato Mundial de Voleibol, que representó la catapulta para que esta actividad se consolidara como deporte. Todas las prácticas del voleibol que se conocen hoy día se deben en parte a las enseñanzas de los equipos europeos. Dos de ellas que aún se mantienen vigentes son el bloqueo y el bagger, dadas a conocer en 1938 y 1958 por un grupo de jugadores provenientes de Checoslovaquia.
Otra alternativa para jugar voleibol es el ataque de línea de fondo, que Polonia hizo bastante famoso en 1974. De la misma manera, la Unión Soviética siguió trabajando con el sistema de jugadores, para utilizar el 5-1.
En el paso del siglo XX continuó presente la idea de 6 integrantes por equipo, para dar paso a la exaltación del voleibol como deporte olímpico en 1964. la FIVB actuó por su cuenta para delegar el voleibol de playa como un deporte oficial en verano.
Para finales de siglo XX e inicios del XXI se volvieron a cambiar algunas de las reglas, con el fin que el voleibol se convirtiera en un deporte que se diera a notar por el mundo. En plena entrada del nuevo milenio se estipula que la duración de los partidos debe ser mucho menor a como se estaba desarrollando. Para lograr este objetivo, se elimina por completo la posesión del saque al momento de puntuar. Se llega a la conclusión que se logra el punto y saque en una misma jugada en lugar de una doble operación.
Para los efectos de toque se ha establecido que puede ser con cualquier parte del cuerpo que no sea exclusivamente de manos. Asimismo, el saque de toque puede tocar la red, pero siempre que el balón viaje hacia el territorio de los adversarios. Si quieres saber más sobre otros deportes, es pertinente mencionar que la historia del atletismo es igual de interesante que la del deporte en cuestión que trata este post.
2006 representó un año de experimentos en cuanto a las reglas, al probarse dos modalidades que cambiarían el rumbo del voleibol. En primer lugar, se permitió un segundo intento de saque siempre y cuando el primero resultara erróneo (un escenario similar que ocurre con el tenis). La otra opción es mantener a un jugador suplente en la banca, que entrará en juego cuando su entrenador considere pertinente. Para satisfacción de muchos, estas dos normativas quedan sentadas en un congreso en Dubai ejecutado en 2008.
En cuanto a la segunda regla aceptada en 2008, sólo se podrá hacer una sustitución de jugadores en una ocasión durante todo el partido. Dos años más tarde se analizó con detenimiento en la posibilidad de modificar la regla sobre el toque de red. A partir de entonces, todos los movimientos serán considerados como un toque de red cuando el balón supere la cinta superior de este artefacto.
Más adelante se habló de ser más flexibles con los jugadores en campo y se suma otro jugador sustituible para un segundo participante del torneo. En otras palabras, se pueden hacer dos cambios de jugadores para descansar un poco a lo que han estado jugando desde el principio.
Reglas
A continuación, se presentarán algunas de las principales reglas que hacen vida en el voleibol y que son conocidas desde tiempo atrás.
- Se obtendrá un punto adicional cuando el equipo contrario no tenga control alguno sobre el balón en su territorio. Lo mismo ocurre al cometerse una falta en el campo.
- Los jugadores de un equipo tienen la obligación de no hacer que el balón toque el piso en campo propio. De llegar a plantearse este escenario, será un punto más que gane el equipo rival.
- Si por una mala defensa el balón acaba fuera de las líneas divisorias de la cancha, se considera una falta para el último equipo que haya tocado el balón. Esto trae como consecuencia un punto más para el otro equipo.
- La pelota queda fuera de juego si toca el techo, a una persona del público o a los mismos árbitros. El procedimiento es el mismo si el balón toca la red o los postes que se hallan en los extremos de la cancha.
- Se otorga un punto extra al equipo contrario cuando los rivales del otro extremo realizan 3 toques consecutivos sin pasar el balón hacia el lado opuesto de la red. El mismo escenario adverso se plantea cuando un jugador ejecuta dos toques sin llevar la pelota al campo contrario.
- Todos los jugadores deben estar ubicados en puntos estratégicos. La falta de rotación podría conllevar a un punto adicional para el equipo rival.
- Se considera un acto de doble cuando el jugador retiene la pelota por mucho tiempo.
- Al momento de saque, todos los jugadores tendrán la misión de no tocar la red.
- Los participantes en pleno juego tienen prohibido tener contacto físico con jugadores del bando contrario.
- Son 12 jugadores la cantidad máxima que conforman 2 equipos completos.
- Si se efectúa un saque que no va en dirección del equipo contrario, el árbitro puede tomarlo como una falta.
- En el momento que un equipo saca, los contrarios no pueden bloquear este movimiento.
- El balón no se puede retener a la hora de ejecutar un saque.
- Los equipos ganadores serán aquellos que salgan victoriosos en 3 sets.
Medidas de la cancha
En la historia del voleibol se ha mantenido una medida estándar para el territorio de juego: 18 m de largo por 9 m de ancho. La línea central del campo deberá estar dividida por una red que logre distinguir a los dos equipos que darán vida al enfrentamiento. Cabe mencionar que al principiosde los tiempos en la historia del voleibol se jugaba en territorios libres y sin medidas, pero con una red para distribuir a los equipos.
Así como el voleibol se practica de manera libre en cualquier espacio abierto, se mantiene la premisa que no se puede tocar el suelo con el balón. No obstante, la FIVB declara que en caso de jugar en zonas libres, éstas deben contar con una dimensión no mayor a 3 metros. Para hablar de la altura, deberá ser inferior a los 7 m, reducido a los 12.5 m que son imprescindibles para los torneos internacionales.
Es muy natural que todos los jugadores constantemente tengan contacto con el suelo y para ello utilizan la protección adecuada. La cancha deberá estar lo mejor acondicionada posible, sin poseer suelos resbalosos o demasiado rugoso.
Líneas
Una de las líneas más importantes del juego es la central, aquella que transita por debajo de la red. Este elemento es capaz de dividir la cancha en divisiones igualitarias de 9x9m, para que cada equipo tenga el mismo espacio que su rival. A 3 m de la red se halla otra línea limítrofe para el campo de la zona de ataque, que se considera como una de las más limitadas por parte de los jugadores cumpliendo con tareas defensivas.
Estas líneas son capaces de trasladarse hasta el exterior, pero sus trazos no son completamente simétricos, sino se observan descontinuados. Cada una de estas líneas se pueden dibujar con 5 m de ancho fácilmente.
Zonas
La zona que es declarada como libre tiene una extensión de 3 m de ancho en la cual el balón todavía puede considerarse en juego. La historia del voleibol es bastante precisa con espacios cerrados como gimnasios o complejos deportivos, estableciendo medidas específicas de 7 m. Es pertinente aclarar que las zonas libres deben estar ajenas a otros objetos como canastas de baloncesto o aros de gimnasia.
Red
Hablar de la red es lo mismo a decir que es uno de los ejes principales, considerado así desde la historia del voleibol. Se ubica en la zona central del campo para dividir el territorio de los dos equipos. En la categoría de adultos, la altura de la red desde el piso hasta su zona más alta es de 2.43 m en caso de voleibol masculino; y de 2.24 m, para el femenino.
La red por obligación estará sostenida por un par de postes en los extremos que llegan a medir 2.50 m de alto. Para hablar de su categoría juvenil, una red perfectamente mide 1 m de ancho y casi 10 m de alto, con un margen menor a los 9.5 m en casos más conservadores.
Se puede distinguir que la red posee dos bandas bien diferenciadas en la parte superior e inferior de la misma. El propósito de usar las bandas en este elemento ayuda a delimitar los laterales en las líneas. Incluso, una de estas bandas está fijada en la red de manera perpendicular. Encima de la red sobresale una especie de varilla, cuya medida no puede ser superior a la de 80 cm; otros conocedores del voleibol prefieren usar el término de antena para hacer referencia.
Estas antenas no pueden ser tocadas por los jugadores en ningún momento de juego, ni siquiera por las pelotas. Como las varillas sirven exclusivamente para delimitar el espacio que un balón debe cruzar, tampoco se puede tocar para no ocasionar falta o punto para el otro equipo.
Este instrumento deberá estar lo más tenso posible en el suelo y aunque el balón toque la red no es considerada como una falta. Pese a eso, el acto que implica al balón tocar la red, podría hacer que ocurra un rebote de vuelta para que los jugadores de ese territorio vuelvan a jugar con ella. Esto se condiciona cuando a un equipo sólo le resta una oportunidad más de tocar la pelota.
La malla contiene una serie de cuadros muy mínimos que albergan unos 10 cm cada uno de ellos. En la historia del voleibol antiguo, estas cuadrículas se confeccionaban con hilos de lino oscuro, con tonos de marrón o negro. Con el pasar del tiempo, se dejó a un lado este uso para incorporar la fibra sintética.
Para hablar sobre los postes, estos estarán distribuidos por fuera de la cancha, para no ser un impedimento en los jugadores al momento de hacer los saques. Aunque estos elementos no están tan distanciados de la demarcación, al hallarse entre 0.5 a 1 m de distancia.
Tipos
En esta sección se profundizará en la historia del voleibol en cada una de sus modalidades más conocidas en el mundo. No te pierdas la lectura de ellos a continuación.
De playa
Este tipo de voleibol surge unos pocos años después que William George Morgan fundara el deporte inicialmente en 1895. Sin embargo, surgió la necesidad de recrear esta disciplina en espacios abiertos y qué mejor sitio que las zonas costeras o las playas. Aparentemente, el voleibol de playa tiene referencias claras en Uruguay para el año 1914 y en Hawai al año siguiente. Por esta razón es un tanto complicado sentar las bases del voleibol de playa, pues no hay una precisión real de su entorno.
La historia del voleibol de playa posiblemente remonta en California, porque en sus costas siempre se ha practicado diversos deportes en sus playas. En Brasil también se recogen datos interesantes al llevarse a cabo el Primer Campeonato sobre Arena de voleibol en 1941. Para esa época se concluyó que espacios como los de Copacabana, Leblon y otros más, son espacios propicios para que las personas aficionadas al voleibol practiquen este deporte.
Francia también podría representar un preámbulo dentro de la historia del voleibol de playa, cuyas prácticas datan desde 1935. Es curioso que estos eventos deportivos no oficiales nacieron mucho antes que la Federación Francesa de Voleibol.
Si bien es cierto que no hay una certeza concreta sobre el origen del voleibol de playa, no queda la menor duda que es tan antiguo como el instaurado por Morgan. La difusión de esta modalidad con el transcurrir de los años ha permitido que se instale en cada país con zonas costeras para el pleno disfrute del voleibol. También es necesario evaluar factores como el clima, porque mientras más tropical sea, será idóneo para jugar.
El voleibol de playa permite que las tiendas adyacentes a las costas permitan vender una serie de productos relacionados, como balones, redes y demás utensilios destacados. Fue hasta 1996 que el voleibol de playa es tomado en cuenta como un juego olímpico. Hoy en día, es un deporte tan popular que constantemente se efectúan diversas competiciones de carácter nacional e internacional.
En España, es una actividad reconocida desde hace mucho tiempo atrás, aproximadamente unos 30 años en que se formalizaron varias competiciones nacionales. Este voleibol resulta bastante exitoso en ciudades como Valencia, Almería, Palma de Mayorca y Málaga.
La gran primera competición de voleibol de playa se llamó I Open de Cullera que se desarrolló en Valencia bajo la tutela del Consejo Internacional de Voley Playa en 1989. En este evento no participaron 12 personas, tal como lo viene previsto el voleibol común, sino se desenvolvió una competición de 9 parejas, quedando como ganadores Sixto Jiménez y Guillermo Calvo. 20 años más tarde, Jiménez siguió cosechando frutos de su buena aptitud física para ser designado como el mejor jugador de voleibol de playa de todos los tiempos.
Sentado
Este voleibol con el paso del tiempo ha sido merecedor de una fama increíble, si se compara con su modalidad playera o convencional. En voleibol sentado hay que aclarar que posee una exigencia visiblemente superior al que se practica en la playa o cancha. En este sentido, la movilidad del cuerpo es un factor diferencial que no muchos son capaces de brindar para este juego, pues no se hizo para cualquiera.
Los movimientos en el voleibol sentado son muy singulares, porque la pelvis es parte esencial para desarrollar jugabilidad. La misma deberá subir cada vez que la persona está dispuesta a hacer un saque.
El voleibol sentado es un entretenimiento gratificante para los discapacitados, hasta el hecho de entrar en vigencia en la década de los 50. Este hecho de aprobar que personas minusválidas tengan la posibilidad de jugar voleibol sin duda fue una acción bastante generosa y moralmente aceptada por la sociedad.
Seis años más tarde, la comunidad danés da apertura oficial al voleibol sentado para los discapacitados. Un tiempo después, en pleno inicio de 1970 empiezan a surgir las primeras competencias internacionales sobre este tipo de voleibol.
Gracias a que se han realizado muchas competiciones nacionales e internacionales, el voleibol sentado por fin consigue su propia autonomía en 1978. En ese intervalo de tiempo desde el nacimiento de esta categoría hasta el año en cuestión, el voleibol sentado no tuvo un gran reconocimiento en el mundo. Afortunadamente, la historia de este voleibol ha cambiado para el beneplácito de sus aficionados.
Una vez que el voleibol sentado se encontraba en su mejor momento como deporte naciente, se aceptó en parte de la resolución establecida por la Federación Internacional de Deportes para Minusválidos.
Los éxitos en la historia del voleibol sentado no se hicieron esperar hasta la década de los 80, con su inclusión en los Juegos Paralímpicos de verano.
Quienes practican de lleno el voleibol sentado están conscientes de sus capacidades y nivel de disciplina que se requiere para ser un buen jugador. Las manos son cruciales al momento en que uno de los participantes emplee los métodos de movimiento, un tanto similar a lo que ocurre con el voleibol común.
Cada vez que participan los niños en este deporte es un acto digno de admirar, porque su estatura inciden de manera no tan positiva en los movimientos. Los desplazamientos son muy limitados, como la manipulación del balón que esencialmente es más grande de lo esperado.
Paracaídas
Mantiene muchas similitudes con el voleibol normal en cuanto al número asignado de participantes por equipo, con un total de 6. La diferencia que distingue la categoría paracaídas con el voleibol común es que entre los 6 jugadores deben conformar 3 parejas. Cada una de ellas deberá tener a su disposición una serie de «toalla» que refiere particularmente al paracaídas en cuestión.
Es un poco más actual si se toma como referencia en comparación al voleibol de Morgan. Un hecho realmente extraordinario es que en esta modalidad las manos son completamente prescindibles. La pareja deberá manipular el balón exclusivamente con el paracaídas para traspasarlo por la red hasta el territorio contrario. Si la pelota llega a tocar el suelo de los rivales, se adjudicará un punto.
Olímpico
Antes que el voleibol se considerara como un deporte extrictamente olímpico, la Federación Internacional de Voleibol dejó muy en claro lo que serían las reglas definitivas de este deporte en 1947. Por supuesto, este programa de normativas no estuvo exento de sufrir cambios futuros para mejorar las condiciones de juego.
A partir de 1964, el voleibol pasa a considerarse como un deporte olímpico a raíz de esta competición que se desarrolló en Tokio. En primera instancia, este deporte nada más tuvo como cualidad ser de exhibición. El tiempo demostró que este juego no estaba hecho para ser tomado como una demostración, gracias a participaciones extraordinarias de la Unión Soviética, Cuba y Estados Unidos.
El voleibol en los juegos olímpicos ha sobresalido por efectuarse en superficies completamente lisas, para salvaguardar la integridad de sus jugadores. Como es habitual, se presentan dos equipos conformados por 6 jugadores cada uno que cumplirán la labor de pasar la pelota por encima de la red para que pique en terreno contrario y así sumar puntos.
Es importante que los jugadores experimentados no intenten retener el balón por mucho tiempo en sus manos. Si se presenta el escenario que no pueda deshacerse de la pelota en un solo toque, tiene dos más adicionales para pasarla por encima de la red sin que se considere como falta. Por consiguiente, cada vez que se obtiene un punto adicional, todos los jugadores deberán rotar su posición.
Resulta muy habitual que en el voleibol olímpico se extienda la cantidad de sets a cuatro o cinco de ellos, hasta que en la contienda exista un claro ganador. Si el equipo gana más de 3 sets, será el campeón indiscutible del torneo.
Femenino
Estados Unidos es uno de los principales impulsores para que la historia del voleibol femenino sea posible. Diversas estadísticas arrojan un aproximado de 45 millones de personas que practican este juego, siendo un grupo notable de chicas que estudian la secundaria en este país.
Con la presencia de las adolescentes cursantes de estudios secundarios, existe la posibilidad de ganar becas estudiantiles a través de la práctica amistosa de este deporte. De la misma manera, aquellas mujeres que poseen excelentes habilidades en voleibol de playa son tomadas en cuenta para premios cuantiosos en los torneos. De ganar estas chicas, tendrán asegurado un cupo en la universidad, con la opción de profundizar los conocimientos en voleibol.
Las mujeres que se evocan a jugar voleibol en la mayoría de los casos son de edad joven y máximo intermedio. Esto tiene un motivo aparente: conformar un equipo competitivo universitario. La mayor prioridad de estos grupos es poder competir en torneos internacionales hasta hacerse acreedoras de numerosas distinciones.
En plena entrada de los años 20 se dio a conocer lo que sería la verdadera historia del voleibol femenino, con el disfrute popular de las personas. Muchas mujeres se mostraron realmente motivadas para jugar este deporte, así que con el tiempo resultaron más las candidatas a demostrar su talento en la cancha.
Muchas féminas universitarias se reunieron con motivo de conformar distintos grupos de voleibol durante 1949. Las razones que condujeron estas fusiones se debe a los torneos intramuros que se desarrollaron ese mismo año. Estos equipos empezaron a entrenar cada vez más fuerte, por contar con el patrocinio de la Asociación de Voleibol en los Estados Unidos para ser protagonistas de campeonatos mundiales.
Los testigos de esa época albergan en su memoria un famoso equipo llamado Houston, Texas Eagles, quienes mantuvieron un rendimiento inigualable. Se recalca el modo de jugar para estas mujeres, que en todo momento lucieron comprometidas en el campo para conseguir el ansiado cetro.
Su inclusión como deporte olímpico ocurrió de igual manera en 1964 con el torneo realizado en Tokio. Por primera vez, el equipo femenino que representó a Japón se llevó una merecida medalla de oro por su buen rendimiento en el juego, superando con creces a sus rivales. La Unión Soviética no se marchó con las manos vacías en los Juegos Olímpicos, al obtener plata. Mientras tanto, una decorosa participación de Polonia le hizo apreciar una medalla de bronce.
La presencia de estos equipos sirvió de inspiración para que otras naciones como China, Estados Unidos y Brasil enviaran a sus mejores competidoras al torneo. Aunque no se nombró en las anteriores, Cuba dio una gran sorpresa con su primera participación, para llevarse a casa el reconocimiento popular y una merecida medalla de oro. Si no fuera suficiente este logro, Cuba consiguió tres medallas de oro consecutivas en los siguientes torneos olímpicos posteriores al de Tokio.
En 1970 el voleibol femenino alcanzó la cúspide de la fama al momento que la universidad Long Beach State College toma las riendas de la competición. Frente a estar en medio del comité organizativo, esta sede educativa terminó perdiendo el campeonato con la institución Sul Ross State Universitiy de Texas.
Más adelante, este deporte en su cualidad más femenina estuvo auspiciada por la National Collegiate Athletic Association. Una gran ventaja de pertenecer a esta asociación es el prestigio que otorga a sus deportes afiliados, gracias a la serie de reglamentos estipulados que los hacen ser más competitivos.
Reglas
Todos los deportes por ley deben contar con una serie de estatutos que permiten el buen goce o disfrute del mismo. Para que las jugadoras alcancen su máximo nivel competitivo, debe regirse por las siguientes cláusulas bien diferenciadas.
- Como parte del uniforme, las chicas tienen la obligación de utilizar una camiseta numerada para diferenciarse entre si. Asimismo, incurrir en las pantalonetas y los calcetines para cuidar sus piernas y tobillos, respectivamente. La protección en este deporte es vital tanto en hombres como mujeres, por ende la indumentaria deberá estar equipada lo mejor posible. Si las mujeres no llevan completo su uniforme de juego, bajo ninguna condición especial podría representar al equipo.
- Corresponde ser muy puntuales a la hora en que quedó pautado el juego bajo consenso. Se extiende este periodo de retraso a un máximo de 10 minutos, o el equipo retardado quedará como ausente del partido. El equipo que si se presentó a tiempo quedará como el ganador del partido sin haberse disputado.
- Se hace la petición a los entrenadores de las chicas que estén presentes en el terreno de juego antes del partido para que realicen su calentamiento previo.
- Aquellos jueces que están designados para el juego, se escogen por una votación establecida en el colegio de árbitros. Para efectuar una liga de voleibol femenino, ésta procura estar consultada por todas las autoridades principales para desarrollarse sin ningún problema.
- Solamente se podrá usar dos balones a lo largo del partido. No hay cabida para otro tipo de pelotas que no están avaladas por la organización que hizo la convocatoria a jugar.
- Serán un total de 12 mujeres en el campo de juego, que por lógica se distribuirán en 6 de ellas por cada equipo. No se puede sobrepasar la cantidad de 12 en el terreno de juego.
- Cada vez que se gana un partido, se sumará dos puntos al marcador del equipo femenino ganador. Si el equipo pierde el set, se le añade un punto nada más; ahora, si la derrota es provocada por impuntualidad de grupo, no habrán puntos.
En América
Conoce en este apartado cómo se ha desarrollado el voleibol en los países que conforman a América Latina a continuación.
Venezuela
Venezuela alrededor de 1931-1932 vislumbró muy de cerca esa posibilidad de tener contacto con el voleibol por primera vez. Muchos deportistas cursaron sus estudios en el Colegio Americano de Caracas, el cual nunca resaltó por su buena fama, pero que curiosamente representó la cuna de grandes atletas. En 1937, esta academia quedó totalmente desterrada, pero con grandes personalidades como Luis Bigott y Leopoldo Márquez, que unieron fuerzas para crear diversos equipos en Caracas.
Como estos equipos tuvieron mayor trascendencia que la misma escuela que les enseñó, el diario El Universal redactó un artículo importante que realza el valor de estos equipos. Al poco tiempo de escribirse este post impreso, también publican el Primer Reglamento Internacional de Voleibol.
El 29 de junio de ese mismo año nació la Federación Nacional de Voleibol, que no se dedicó exclusivamente a difundir ese deporte, sino los otros. Esta Federación se las arregló para organizar el primer campeonato nacional para aglomerar a los mejores atletas de Caracas, Aragua, Miranda y Yaracuy.
En la transición de 1950-1956, la FNV tuvo un pequeño receso en el cual no se organizaron nuevos torneos. A partir de ese entonces, se contabilizaron 26 eventos deportivos bajo su tutela para 1984. Como parte de esta breve estación en Venezuela, es pertinente conocer un poco más de sus famosos, como el caso de la historia de Don Nicanor Ochoa, un brujo prodigioso.
República Dominicana
El voleibol se dio a conocer en este territorio a raíz de la invasión orquestada por Estados Unidos. 1916 representó un año indiscutible para la entrada de este deporte, que tuvo el goce pleno de las zonas urbanas en primera instancia. Santo Domingo hasta 1934 fue una de las localidades donde más se disputaron partidos de voleibol como paréntesis antes de ejecutarse el primer campeonato nacional.
Unos años más tarde, los torneos nacionales impulsaron a que equipos masculinos y femeninos participaran en la primera competencia internacional organizada en Haití para 1946. Otro logro importante radica en su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Colombia, para llevarse una medalla de oro por su buen partido.
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe desempeñados en 1962 contaron con el apoyo nuevamente de un equipo masculino y otro femenino. Lo más gratificante de esta edición es que las mujeres se alzaron con la medalla de oro por una actuación sobresaliente. El equipo masculino aunque no brilló tanto como las chicas, se llevaron su respectiva medalla de plata.
Algunos años más tarde, 1974 para hablar con precisión, República Dominicana participa por primera vez en un Encuentro Mundual de voleibol en México.
Perú
El voleibol llegó a Perú mucho antes que las dos naciones anteriores. En 19111, un entrenador estadounidense de nombre Lockey Mac Knight introdujo esta disciplina con mucha popularidad. El Ministerio de Educación Pública realizó un llamado tanto a él como a otros entrenadores que llegaron al país inca para establecer las reformas en el sistema educativo.
Cuenta la historia del voleibol peruano que estos sujetos se mantuvieron jugando con la pelota constantemente. Para ellos, representaba una diversión muy sana pasar el balón de un lado a otro sobre la red. Esta actividad de golpear el balón sobre una tela de grandes dimensiones causó furor en otros entrenadores peruanos y a la misma sociedad, que se mostró complacida al momento de jugar.
Sin duda, la unión hace la fuerza y la historia del voleibol en Perú no deja desmentir esto. Los entrenadores foráneos al notar el interés de los locales, les hacían invitaciones para que entrenaran junto a ellos. Para mala fortuna, el voleibol quedó olvidado en el momento que estos estadounidenses se subieron en un avión para regresar a su tierra. Nadie más para esa época le interesó revivir la trascendencia de esa disciplina.
Con el pleno inicio de 1920, el voleibol intenta recuperar terreno perdido de manera exitosa, al sumarse dentro de las costumbres populares. Gracias a una decisión oriunda del exterior para que los peruanos revalorizaran el sentido de jugar este deporte, con las autoridades estadounidenses al pendiente desde su país. Al año siguiente retomaron los entrenamientos oficiales, para arrojar como resultado que las mujeres gozaban de una vitalidad asombrosa para participar en torneos locales.
Iniciando el año de 1923 se desarrolla la primera temporada de voleibol en Lima. Los ciudadanos contaron con el privilegio de una visita por parte de un equipo chino para entrenarlos y hacer voleibol de exhibición. Años más tarde, perú recibe la grata visita de 14 estudiantes de ascendencia asiática que estuvieron de gira por toda América Latina, con una sensación grata a su paso.
Los primeros partidos de voleibol en Perú se hicieron en una cancha de tierra. Esta actividad atrajo el interés de muchas personas provenientes de Perú o sus países vecinos, quienes quisieron ver en vivo cómo funciona este deporte. La práctica del voleibol toma más vigor, hasta el hecho de su expansión de manera espontánea, sin que Estados Unidos interviniera en eso.
Ahora si, con el voleibol como deporte oficial se hizo famoso por sus prácticas en algunos clubes de Perú como Textil Victoria, Atlético Chorrillos, entre otros. La fama de estos clubes llegó a oídos de las universidades para iniciar sus entrenamientos, como el caso de la Universidad de San Marcos.
Hay que tener en cuenta que la difusión de esta disciplina no permitió que se indicaran unos reglamentos previos. En otras palabras, el voleibol se practicaba de forma rudimentaria o poco cuidadosa en Perú. En ese tiempo sólo bastaba contar con dos varillas altas, la red y una pelota para jugar, sin más accesorios que enriquecieran el deporte. Los campeonatos no fueron muy diferentes a las prácticas, porque se hacían de manera informal, sin grandes protocolos, sin mayores cuidados.
No habían equipos formales en esa etapa de la historia del voleibol peruano, ni grandes exponentes de la disciplina. Únicamente los chicos que vivieron en la capital o en los barrios más recónditos hacían sus torneos amistosos. Esto no duró mucho tiempo funcionando así, porque los clubes y centros educativos empezaron a organizar encuentros nacionales. Una diferencia interesante que no se puede pasar por alto es que las mujeres de Perú tuvieron mejor fama al practicar que los hombres.
El Club «José Gálvez» paulatinamente fue creciendo en fama y socios, con participación inédita de las hermanas Rosa, Anita, Felicita, Marcel Y María Julia Andrade. Cada una de ellas fue el complemento ideal para que el club se acreditara diversas premiaciones que dejarían en alto a Perú.
El equipo José Gálvez retuvo el éxito desde 1930 hasta 1932 por haber ganado el tricampeonato de voleibol, gracias al talento de sus mujeres. El 19 de julio del siguiente año significó mucho para la disciplina, con la creación de la Liga Provincial Femenina de Vóleibol de Lima.
1934 es otro año importante que marcó la pauta dentro de la historia del voleibol peruano, con la organización del primer campeonato mundial auspiciado por la LPF. José Galves se alzaría con el cuarto campeonato sucesivo, dejando muy claro que no hay rivales que puedan nivelarse a su club. La fama fue tan grande que este equipo viajo a provincias del mismo país, como Trujillo, para sostener juegos amistosos con otros clubes.
Por segunda vez, el voleibol tuvo un periodo de descanso para replantear muchas cosas, como la falta de reglas que para ese tiempo no se manejaban. La mala organización de las Federaciones les jugó una mala pasada, así que eso también entró en materia de discusión.
Nuevamente Perú tuvo que afrontar un trago amargo con el abandono del voleibol, pese a que el grupo José Gálvez fue el mejor en la época. Lo positivo de este trance es que aparece uno de esos «héroes sin capa» al rescate de este deporte, en manos de otro estadounidense llamado Carl Jonson.
Jonson tenía una gran sapiencia sobre el voleibol, así que por fin se podría establecer las normas bajo su control. La experiencia en este rubro hizo que la historia del voleibol peruano tomara un vuelto totalmente positivo, que bastante hacía falta.
La llegada de este personaje a Perú no sólo dio color al voleibol de ese entonces, sino que enriqueció los conocimientos en natación y baloncesto. Jonson sería un gran sinónimo de éxito para que el territorio inca de una buena vez comenzara a valorar la presencia de todos estos deportes que en alguna etapa quedaron en el olvido. Raúl Blanco representó un soporte en cuanto a las enseñanzas de Jonson, porque amplificó la visión en cuanto a las normas del torneo.
Gracias al trabajo de Jonson y Blanco, el voleibol tuvo su propio lavado de cartas para convertirse en un juego competitivo, de masas y con un futuro prometedor.
Los colegios femeninos empezaron a incluir el voleibol como parte de una disciplina homologada a la educación física. Con una expansión satisfactoria, se crea la Federación Peruana de Voleibol en el año 1942, como una de las surcursales para el Comité Nacional de Deportes. Don Miguel Dasso es un nombre que no se puede dejar de mencionar, por ser uno de los padrinos del voleibol en Perú.
Marcial Ayaipoma, por su parte, estuvo a cargo de todos los eventos de voleibol en Perú por casi una década, desde 1942 hasta 1950. Esta transición y la labor de Marcial permitió que esta disciplina dejara de jugarse en territorios completamente cerrados, sino esparcirse hacia campos abiertos como playas o terrenos lisos. Las áreas públicas tomaron un protagonismo inesperado, que incluso hacía sentir más cómodos a los jugadores a la hora de ejecutar los saques u otros movimientos.
Otros presidentes tomaron el mando de la Federación por un tiempo muy breve. Estos conocedores del deporte no tuvieron mayor éxito en sus funciones, hasta que llega Akira Kato, Con la llegada de este personaje, Perú aprende nuevas técnicas del voleibol que anteriormente no se conocías, en virtud de observar cómo son las técnicas en otras naciones.
El tiempo se encargó de demostrar que Akira si tenía mayores conocimientos del deporte en toda la historia del voleibol en Perú. Refutó por completo las pedagogías establecidas por los conocedores de Estados Unidos, al denominar como «obsoletas» sus maniobras.
Los años siguientes continuaron con éxito en cuanto a los entrenamientos organizados por deportistas coreanos. En 1974 llega al país Man Bok Park, un hombre que hizo de Perú una nación altamente competitiva a nivel internacional, hasta ganar muchos galardones en los torneos. Con esta acción, se demostró que el paso de Akira por Perú fue más que productivo para la enseñanza real de cómo jugar voleibol.
Paradógicamente, la historia del voleibol peruano indica que han sabido ganar muchos campeonatos internacionales, pero no corren con suerte de alzarse con el cetro en ceremonias sudamericanas. Aunque no demostraron demasiada inferioridad, un tercer o cuarto puesto no será recordado como una hazaña.
Akira entra en acción por segunda vez para evaluar muy de cerca las razones por las que su equipo no figuraba en torneos sudamericanos. El entrenador no estaba seguro si contaba con gente calificada para ganar, así que recorre todo el país en búsqueda de gente con sangre ganadora.
Lamentablemente Kato no pudo conseguir lo que si logró el propio Man Bok Park, que fue conseguir un primer lugar de campeonato sudamericano en 1981.
Colombia
La nación neogranadina se suma al gran descubrimiento que significó el voleibol desde el periodo de Morgan. Sobre su origen es causado por distintas vertientes que son válidas si se estudian con detenimiento. Una de esas teorías establece que el deporte llega a Colombia por gracias de unos marineros estadounidenses. 1930 es el año fijado como la inauguración de este juego, con la llegada de estos personajes que a su vez trajeron dos grandes palos que veían amarrados un lazo de extremo a extremo.
Otras fuentes decantan que su origen se debe a los maestros norteamericanos residenciados en el país que trabajaron en el Colegio Americano. Estos entrenadores tuvieron un estilo bastante rudimentario, similar a los marinos que llegaron de Europa con algunos instrumentos. La otra versión es bastante parecida a la del voleibol común, con la presencia de los jesuitas en el mismo colegio que laboró William George Morgan.
No es tarea sencilla dar pie a alguna de estas hipótesis, que ni se acercan pero tampoco se alejan de esta realidad. Lo poco que se puede asegurar es que el surgimiento del mismo está encausado hacia los años 30. Al existir una conciencia plena que el voleibol es tangible, se empezó a difundir en las zonas más urbanas, con la participación de docentes y estudiantes. La historia del voleibol colombiano toma forma con los juegos amistosos en los barrios, calles o sitios cerrados, pero de manera informal.
México
Como el voleibol nació como deporte en los Estados Unidos, México al ser país vecino tuvo la primicia de ser de los primeros en experimentar esta rutina. Oscar Castillón tuvo una función como «emisario» por ser el elegido de la Asociación de Jóvenes Cristianos para dar a conocer este deporte en el país azteca a partir de 1917.
Los habitantes de Monterrey fueron los primeros en practicar este deporte de manera informal, para difundirse hacia el resto del país. Un segundo emisario, llamado Enrique Aguirre, llega a la nación con el firme objetivo de trasladar el voleibol hasta la Ciudad de México.
Honduras
Se presume que las compañías bananeras que se dieron a conocer desde 1925 hasta 1935 son las responsables que el voleibol figure en este país centroamericano. Los hijos de estos ejecutivos continuaron con el proyecto de propagar este deporte en todas las comunidades hondureñas en un tiempo considerado.
La inauguración del salón de baloncesto «15 de Marzo» sirvió como trampolín para que el voleibol se practicara de manera amistosa. Gracias al equipo enviado por la UNAH y al Instituto Salesiano San Miguel, Honduras tuvo uno de los mejores partidos amistoso que se pueden recordar en 1947.
Guatemala
En el decenio comprendido entre 1930 y 1940 los guatemaltecos ya se encontraban en plena práctica de voleibol, pero informal. No es hasta 1950 que se convierte en una disciplina de renombre por la llegada de los marinos que jugaban en las bases militares de este país. Como este personal gozaba de tiempo libre, se dirigieron al antiguo Club Alemán para seguir con el juego con mayor comodidad.
Chile
Chile pudo disfrutar de las mieles en este deporte por el buen trabajo que realizó la Asociación de Jóvenes Cristianos. El voleibol tocó las puertas de esta nación por primera vez en 1919, cuando Benedicto Kocián inició sus clases en una de las sucursales de esta Asociación que se encuentra en Valparaíso.
Argentina
La misma Asociación de Cristianos trajo este deporte a Argentina por primera vez en 1912. Como la disciplina causó una sensación inigualable en el territorio, se fundó la Federación del Voleibol Argentino. La primera misión de este comité en ese tiempo era organizar los primeros campeonatos nacionales que abarcaran a los equipos femeninos que se estaban conformando.
Para 1936 se publican las reglas que debían seguir los jugadores. En esa ocasión se evaluó los métodos para hacer que un equipo clasifique o no a la siguiente ronda. Por otro lado, en 1939 se dialogó sobre un cambio en cuanto al tamaño de los balones.
Su llegada a Asia
El continente asiático fue el segundo testigo, después de Estados Unidos, que el voleibol es un deporte que merecía la pena darle mayor continuidad. La historia del voleibol en Asia es muy clara, con la incorporación de Franklin H. Brown en 1908, para ilustrar un podo a los popilos que mostraron interés por el juego a desarrollar técnicas increíbles.
Otros países de este continente gozaron de la llegada del voleibol a partir de 1913, cuando ya era inminente su expansión por todo el mundo luego que la YMCA hiciera un estupendo trabajo. Su éxito apabullante permitió que se considerara su nombre dentro del programa Extremo Oriente. Más adelante, se inculcó en las escuelas que esta disciplina se dictara como parte de la educación física.