Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni mejor conocido como Miguel Ángel, revolucionó el arte de los siglos XV y XVI, el detalle de sus obras y la majestuosidad de las mismas lo inmortalizó, conozca de su vida, de su arte y cómo influyó en las tendencias artísticas de su época.
Biografía de Miguel Ángel
Michelangelo Buonarroti nació en Caprese, un pequeño pero hermoso municipio italiano ubicado en la provincia de Arezzo, un 6 de marzo de 1.475. Michelangelo nace en el seno de una familia numerosa, era el segundo hijo de la unión entre Ludovico di Leonardo Buonarroti di Simoni y de Francesca di Neri del Miniato di Sienuna, era una familia con cierto nivel económico que vivía en la florentina.
Luego del nacimiento de Michelangelo la familia se mudó hacia la Toscana con sus dos hijos varones. Siendo todavía un niño pequeño pero con 3 hermanos más, queda huérfano de madre. Con tan solo 6 años de edad conoce a Francesco Granice, quien le doblaba la edad, pero aún con solo 12 años ya era pintor, de esta amistad comienza la inquietud por el arte.
Su padre por supuesto tenía otras aspiraciones para el futuro de Michelangelo, prefería para él estudios administrativos por lo que las inclinaciones artísticas de su hijo no lo hacían muy feliz. Estas diferencias entre Michelangelo y su padre mantenían una relación tensa entre ambos, pero de mucho respeto.
Tanto fue la insistencia de Michelangelo en su gusto por el arte que finalmente su padre permitió iniciara su formación artística en el estudio de Doménico Ghirlandaio, allí comienza a entrenarse y desarrollar sus capacidades como gran dibujante y aprende la difícil técnica de la pintura al fresco.
Solo tenía 13 años de edad, por lo que su padre tuvo que dejar por escrito que Ghirlandaio cuidaría de su hijo y le enseñaría el arte de la pintura durante 3 años. Sin embargo, el aprendiz tenía amplias capacidades y aprendía rápido. (ver también: Museo Reina Sofía)
Tan solo al año de estar en el estudio de Ghirlandaio el aprendiz pasa a la tutela de Bertoldo di Giovanni. Allí comienza su pasión por la escultura, la cual estudia y reconoce en sus constantes visitas al jardín de San Marcos de los Médici.
Empieza a ejecutar obras escultóricas que no pasan desapercibidas y llaman la atención de Lorenzo el Magnífico, quién se convierte en su tutor y lo acoge en su Palacio. Los artistas de la época debían ser auspiciados y Miguel Ángel logra el auspicio de los Médici.
Estando bajo el auspicio de los Médeci continúa desarrollando sus estudios artísticos, ahora dirigidos a la escultura por Bertoldo di Giovanni. El vivir en el palacio, le facilitaba relacionarse con los humanistas más eminentes de la época.
Ya pocos lo llamaban Michelangelo y era más conocido como Miguel Ángel, sin embargo, esto no cambiaba su amor y responsabilidad por su familia, a pesar de no estar con ellos, alejado por el estudios siempre estaba en conocimiento de lo que hacían su padre y sus hermanos.
Miguel Ángel era perfeccionista y su pasión por la escultura lo hacía buscar esa perfección, es así que comienza a estudiar anatomía humana para poder conocer en detalle cada parte del cuerpo. Realizaba estudios detallados y disectaba cadáveres, aún y cuando para la época estaba prohibida la manipulación de los cadáveres.
Miguel Ángel tenía tan solo 17 años, cuando queda sin auspiciador ya que fallece Médici, por lo que toma la decisión de irse a Bolonia, en donde se queda por espacio de 4 años. La inquietud de la juventud no le dejaba permanecer por largos periodos en un solo sitio y es así que llega a Roma en el año 1496.
Estando en Roma esculpió “La Piedad” de la Basílica de San Pedro, convirtiéndose en su primera obra de arte renacentista que es reconocida por críticos del arte, esta obra lo saca del anonimato y lo convierte en un artista respetado.
Siendo un artista valorado por sus obras y reconocido por el detalle que imprime a sus trabajos, regresa a la ciudad de Florencia, en donde le da vida a su segunda obra maestra el «David». La majestuosidad de sus obras, el detalle en cada ejecución, la proporcionalidad de las figuras que esculpía, todo era ejecutado con un detalle que lo distinguía de otros artistas.
El Papa Julio II lo contacta para solicitarle diseñe su propia tumba, el artista le propone ejecutar un mausoleo enorme con al menos 80 figuras de gran tamaño. Miguel Ángel se emociona con el proyecto y se involucra incluso en la selección de las piedras que serían esculpidas.
Sin embargo el Papa Julio II estaba también ocupado prestando atención a las modificaciones que se realizaban en la Basílica de San Pedro, descuidando un poco el proyecto del mausoleo propuesto por Miguel Ángel.
Miguel Ángel se regresa Florencia y deja de lado el proyecto del mausoleo. Comienza una relación un poco difícil entre el artista y la iglesia, aun siendo el Papa Julio II su auspiciador, no era el único artista auspiciado por la iglesia, compartía auspicio con Bramante y Zancio.
En el año 1.508 acepta pintar el techo de la Capilla Sixtina un trabajo que realizó completamente solo y lo concluyó en cuatro años. Seguía sin dedicarse al proyecto del mausoleo del Papa y no es hasta la muerte de éste en el año 1.513 que se involucra nuevamente con el proyecto, pero nunca lo concluyó.
Tuvo una vida artística muy productiva de grandes obras, tanto en las pinturas como en las esculturas, a pesar que también era arquitecto, no es sino después de más de 45 años de vida artística que Miguel Ángel comienza trabajos arquitectónicos de amplio reconocimiento.
Miguel Ángel ya siendo un hombre mayor de 60 años dirigió su energía a la realización de trabajos arquitectónicos entre los que se pueden nombrar La Biblioteca Laurenziana en su tierra natal Florencia.
Se encargó de remodelar la Plaza del Capitolio en Roma y culminó la Basílica de San Pedro, no obstante, nunca abandonó la escultura entre ellas la Piedad. Miguel Ángel falleció en Roma a los 88 años, su deseo era que su cuerpo descansara en Florencia.
Miguel Ángel se destacó como escultor, pintor y arquitecto, fue un artista del Renacimiento que siempre confronto a la Iglesia sin embargo, la perfección de su arte nunca permitió que la iglesia dejara de auspiciarlo.
Miguel Ángel fue privilegiado, vivió una larga vida (1475 a 1564) y además la época vivida fue un periodo crucial en la historia. Martin Lutero y Copérnico rompían paradigmas poniendo en la cuerda floja el imperio creado por la iglesia católica, se encontraron el viejo y el nuevo mundo (1492), el pensamiento cambiaba y se le daba entrada a una nueva valoración de lo humano y del arte.
Todo ello influyó en el arte creado por Miguel Ángel, trabajó en lo que le gustaba hacer y fue el mejor de su tiempo, porque evolucionó con el mundo, dejaba ver sus expectativas, sus inquietudes y no ocultaba sus crisis. (Ver también: La Creación de Adán)
Características
Miguel Ángel se caracteriza por ser un artista integral, a pesar de reconocerse como un buen escultor, no obstante las personas consideran que sus mejores obras son los frescos que elaboraba. Era un hombre perfeccionista, estudioso y dedicado a lo que amaba hacer.
Fue a través de su trabajo que se convirtió en la figura más relevante del Renacimiento Italiano, eran épocas de cambios, de descubrimientos, de encuentros y el artista supo sortear estos cambios a su favor, haciéndose una persona excepcional para la época.
Se mantuvo activo durante más de 60 años, en los cuales creó obras que hoy en día forman parte del patrimonio de la humanidad. Creció como artista a la par del mundo que lo rodeaba y esto lo hacía ver ante los ojos del mundo, como el más creativo de todos los artistas, lo que hacía que su obra fuera muy controversial.
Todas las obras que realizaba ya fueran pinturas, esculturas o diseños arquitectónicos eran extraordinarios, haciéndole alcanzar el máximo nivel en todas las expresiones artísticas, se puede decir con toda seguridad en este caso que el alumno supero al maestro.
Se decía que Miguel Ángel era un hombre que prefería estar alejado de las personas, trabajaba en solitario y no le agradaba rodearse de mucha gente, lo cual pareciera ser una característica contraria a su pasión por el cuerpo humano y sus formas, siempre presentes en sus obras.
La grandeza de su don se observa en el vigor de las figuras, la presencia de lo emocional y la creatividad de la propuesta son características constantes en las obras de Miguel Ángel, lo físico, la intensidad emocional y el entusiasmo creativo, son verdaderas constantes en las obras del artista, lo que le otorga su grandeza y su personalidad imposible de imitar.
Obras
Hablar de la obras de Miguel Ángel puede llevarnos mucho tiempo, porque no hay obra realizada por el artista que no merezca un comentario, sin embargo, vamos a conversar de algunas de las obras más relevantes, por tipo de expresión artística desarrollada por Miguel Ángel Buonarroti.
Es imposible que no hayamos oído sobre la Piedad (1496), el David (1501-1504), Moisés (1513-1515), La creación de Adán (1511) y sobre el Diseño de la cúpula de San Pedro del Vaticano (h. 1546), pero hay muchas más que quizás no conozcan.
Las primeras obras de Miguel Ángel muestran la influencia clásica de la época, pero siempre con características propias que hacían reconocer el arte de Miguel Ángel. Parecía estar obsesionado con las formas y la anatomía del cuerpo humano, sus figuras mostraban fuerza, emoción, movimiento, todo ello en sus pinturas o en sus esculturas.
Empezaremos con las Esculturas expresión artística predilecta por Miguel Ángel y de las más reconocidas por las personas. Podemos destacar por su puesto el David ya que es una escultura hiperrealista elaborada sobre mármol blanco, marcó un precedente en el arte.
Otra de las esculturas es la tumba de Julio II una de la obras que hizo sentir más frustración al artista y que además no pudo concluir, pero la estatua de Moisés terminada en 1515 es una nueva prueba de su increíble talento. La expresión del rostro que denota enojo y tristeza es simplemente única.
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La Piedad del Vaticano representando a la virgen María que sostiene el cuerpo sin vida de su hijo Jesucristo, el dolor en su rostro y la ausencia de vida en el rostro de Jesús, solo podía ser creado por Miguel Ángel y solo tenía 24 años de edad, cuando la realizó, es sorprendente.
Recordemos que Miguel Ángel inicia su formación artística con la pintura, su primera obra fue Tormento de San Antonio y solo tenía 12 años de edad. Seguidamente elabora el Tondo Doni en Florencia la cual es la Sagrada Familia contando la historia de la humanidad en el fondo del fresco.
Por supuesto, la máxima expresión pictórica de Miguel Ángel es el diseño de la Bóveda de la Capilla Sixtina, un proyecto colosal que culminó en solo 4 años, un trabajo que realizó el artista en solitario y que definitivamente lo catapulto a la inmortalidad.
Se trata de un fresco de gran tamaño que cubre todo el techo de la Capilla Sixtina, en el se puede observar la historia del Génesis o de la creación de la humanidad. La perfección de los cuerpos y sus proporciones, es una de las características más resaltantes.
En referencia a las creaciones arquitectónicas, Miguel Ángel siempre estuvo protegido por algún mecena, en sus inicios por los Médici y luego por los Papas, esto le permitió a Miguel Ángel iniciar numerosas propuestas arquitectónicas para mejorar o reconstruir edificaciones. (Ver también: Las Tres Gracias)
Uno de los trabajos arquitectónicos que no podemos dejar de nombrar por supuesto es la fachada de San Lorenzo, la cual era una obra iniciada y que pasó a manos de Miguel Ángel en el año 1.518, cuando asumió esta obra acaba de mejorar el Palacio Médici, en el cual había pasado parte de su vida en los años de su formación.
De sus mayores creaciones arquitectónicas se encuentra la Biblioteca Laurenciana en 1533 y a la par diseñó la Basílica de San Pedro. Dando respuesta a ese emprendimiento de la iglesia de crear edificios que les permitiera crear la ciudad católica también se involucró en la reconstrucción de la Plaza del Capitolio.
La Creación de Adán
La Creación de Adán forma parte de la obra ejecutada por Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina, es uno de los paneles que conforman la obra, sin embargo, es la más relevante y controversial.
¿Que hace que precisamente ese panel destaque de todos las otras obras de arte ejecutadas por Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina?, quizás sea ese espacio que separa los dedos índices de Dios y Adán, ese mínimo universo que no permiten definir si se acaban de separar o se están acercando.
Probablemente sea el esfuerzo que realiza Dios por tocarlo para darle la vida. Oh la postura vivaz de un anciano al que no podemos ponerle edad, porque su cuerpo está lleno de vigorosidad, de energía porque Dios es energía.
¿Acaso es que la iglesia lo hizo destacar porque muestra el verdadero misterio de la creación?, quien puede arriesgarse a decir solo una de las razones de la importancia y del misterio que envuelve a esta pintura? (Ver también: Venus de Milo)
La Creación de Adán, es una muestra de lo controversial que pudo haber sido la relación de Miguel Ángel y la Iglesia. El artista disentía del origen de la vida desde una creación divina y omnipotente, pero la iglesia solo observa en el fresco, a Dios creando al hombre.
Miguel Ángel pinta a un Dios no tan lejano, no tan determinante, con este detalle evidencia que él no cree en un ser omnipotente, sino que la creación se debe a la interacción de fuerzas divinas con la materia, con lo tangible y esto fue lo que dio origen según Miguel Ángel a todo lo que hoy conocemos y fue lo representó en el fresco.
La manera en como Miguel Ángel logra evidenciar en el fresco la existencia de dos mundos diferentes uno terrenal y uno divino, y le hace un guiño a la iglesia cuando coloca a Dios como flotando en el aire y en un nivel superior al que colocó a Adán recostado sobre un trozo de tierra.
Pero también de manera oculta expresó su afinidad por el razonamiento, ese debate que aún hoy en día permanece entre los críticos del arte, sobre si es o no un cerebro lo que envuelve a Dios, y de ser así quien tiene la verdad. ¿Era su conocimiento de la anatomía humana lo que guío al artista o realmente quería ser controversial?
El fresco La creación de Adán de Miguel Ángel es uno de los muchos frescos que adornan la bóveda de la Capilla Sixtina, fue pintado en 1511, correspondiéndose con el período del renacimiento conocido como Cinquecento.
Es sin lugar a dudas el fresco más reconocido de toda la obra, este panel tiene una superficie aproximada de 280 centímetros de alto por 570 centímetros de largo, se destaca según los críticos de arte por la manera en cómo el artista representa dos realidades.
Entrar a la Capilla Sixtina es de la experiencia más inolvidables que puedan tener en la vida, el misterio, lo místico y lo mítico se conjugan en un solo lugar, saber que todo ese arte fue creado por un hombre, te hace pensar que definitivamente Miguel Ángel era de otro mundo.
Arquitectura
El comienzo del siglo XVI fue de cambios profundos provocados por las propuestas políticas de la época, se venían tiempos donde la sociedad evolucionaría a otras formas de convivencia y de relación diferente a las que habían conocido.
Ya las principales ciudades, centros culturales y políticos como en su momento fue Florencia, dejarían de ser tener un papel protagónico. Por alguna razón Roma era la elegida para ser el centro de la política y de la cultura.
Es así que a partir del año 1.500 comenzó el movimiento reconocido como “renovatio vetustatis” era el cambio necesario, en lo intelectual, en lo político y cultural. El arte no escapa de esta renovación o revolución como ustedes prefieran llamarlo.
El primer artista en sumarse a este movimiento es Donato Bramante (1444-1514), arquitecto del Papa Julio II, la propuesta de Bramante era restaurar la grandeza arquitectónica de la antigua Roma, esa que conocieron los emperadores.
Comienza a nacer la arquitectura renacentista donde el Papa Julio II impulsaba el cambio y Bramante ejecutaba, su influencia se mantuvo incluso después de su muerte ya que sus alumnos controlaron el segundo cuarto de siglo y daban continuidad a sus propuestas.
Por alguna razón existía una relación poco amistosa entre Bramante y Miguel Ángel, además esta situación era de alguna manera alimentada por el apoyo y preferencia de la iglesia por el arquitecto Bramante, ya que era más respetuoso y apegado a las solicitudes, mientras que Miguel Ángel siempre proponía sus propias ideas.
Todos ellos y Miguel Ángel debían encontrar la forma de justificar la presencia de lo pagano dentro de la sociedad cristiana, las técnicas antiguas no eran claras y se cometían por ello muchos errores arquitectónicos, en el Renacimiento Pleno Miguel Ángel toma un papel determinante al solventar los problemas arquitectónicos. (Ver también: Museo de la Santa Inquisición)
Sin embargo Miguel Ángel siempre estuvo en la sombra mientras Bramante vivió, y esto marcó de alguna manera el inicio tardío de la carrera arquitectónica de Miguel Ángel en 1516. La muerte de Julio II dio paso a que León X (Lorenzo de Medici) asumiera la responsabilidad y fue él quien le brindó la oportunidad a Miguel Ángel de realizar trabajos arquitectónicos.
Los discípulos de Bramante continuaban dominando los proyectos arquitectónicos de Roma, pero León X prácticamente monopolizó el trabajo de Miguel Ángel. Cuando pudo trabajar en Roma, su trabajo era considerado poco respetuoso a las artes clásicas.
Y precisamente esta característica controversial por sus ideas innovadoras y alejadas del arte clásico, hacía que el trabajo de Miguel Ángel fuera creativo y novedoso. Las construcciones eran concebidas como formas orgánicas, con movimiento y texturas que permiten el manejo de la luz y las sombras.
Su pasión por la forma del cuerpo humano también se encuentra presente en las propuestas arquitectónicas de Miguel Ángel, ya que los edificios tenían movimientos y podían ser vistos desde varias perspectivas.
No obstante, esa característica de no querer escribir o poner dimensiones a sus diseños tenía una consecuencia al momento de concretar sus obras, ya que el artista construía maquetas de madera de tamaño real para visualizar la viabilidad de su creación, pero atrasaba la construcción de los edificios.
Siempre las solicitudes realizadas a Miguel Ángel tenían claras las características deseadas, no obstante, nunca eran respetadas por completo, un ejemplo es la Capilla Medicea, en la cual los mecenas deseaban una restauración fiel a la original, pero Miguel añadió una planta completa a la cúpula, entre otros cambios. (Ver también: Basílica y Convento de San Francisco)
El resurgimiento de la intelectualidad en los conventos y la posibilidad de coleccionar libros, dio paso a la reestructuración de la Biblioteca de San Lorenzo, su arte se resume en generar un espacio de lectura tranquilo, iluminado en dos espacios cohesionados por una gran escalera. Se debe reconocer la manera extraordinaria como Miguel Ángel concibió el espacio logrando entender que este debía ser un espacio cómodo, hermoso y duradero, características propias de renacimiento.
Si analizamos cada una de las obras arquitectónicas de Miguel Ángel hay rasgos que se repiten en cada uno de ellos, como son el relieve, la cinética a través de sistemas góticos, el volumen y su visión antagónica con el arte clásico, el cual siempre modificó a su gusto y sin saberlo exactamente para el gusto de la humanidad.
Miguel Ángel en la Capilla Sixtina
Esta monumental obra fue una solicitud del Papa Julio II, quien le propuso a Miguel Ángel realizará la representación de los Apóstoles. Sin embargo, la propuesta del artista supera con creces la petición del Papa y le planeta crear un fresco que cuente la historia del Génesis.
El tema desarrollado por supuesto teológico relaciona el principio de la humanidad y la llegada de Jesús para su salvación, el momento histórico era verdaderamente importante e incluso controversial eran tiempos de cambios, finalizaba la Edad Media y el humanismo ganaba lugar rápidamente.
El trabajo puede considerarse una verdadera hazaña, dividió el techo en nueve paneles y pintó figuras musculosas, corpulentas pero con mucha elegancia y movimiento.
Hasta octubre de 1512 Miguel Ángel Buonarroti estuvo dedicado a la elaboración de los frescos, los cuales son más de 300 figuras, además fue un trabajo realizado en solitario, por lo que podemos considerarlo una verdadera hazaña.
Miguel Ángel y el Renacimiento
Miguel Ángel desarrolló su vida mayormente entre las ciudades de Florencia y Roma, en cada uno de ellas, mientras duraba su estadía, ejecutaba obras maestras que permanecen en ambas ciudades. Aún cuando Miguel Ángel prefería la escultura como expresión artística y además la reconocía como la expresión de arte superior, él tenía la capacidad de desarrollarse como un artista integral, y lograba crear el arte en múltiples expresiones.
Aprendió a pintar en el taller de Doménico Bigordi , mejor conocido como Girlandhaio este pintor italiano fue mentor de Miguel Ángel. Siendo retratista oficial de la alta sociedad florentina Miguel Ángel desarrolló y perfeccionó la técnica para ejecutar retratos.
Sus primero intentos en la realización de frescos los dio realizando copias de frescos de otros artistas como por ejemplo Masaccio, el practicar ejecutando obras de otros le permitió desarrollar su propio estilo. En el año 1496 siendo ya un artista formado viaja a Roma, y allí elabora dos esculturas que definitivamente sacan del anonimato a Miguel Ángel, estas fueron el Baco y nada menos que la Piedad de San Pedro.
Siendo un artista joven y tener la habilidad de crear una obra de la calidad y belleza de La Piedad de San Pedro, mostró a todos la inmensa capacidad artística y técnica de Miguel Ángel. Permaneció cinco años en la ciudad de Roma, pero en Florencia conocían del trabajo realizado.
Cuando retorna a la ciudad de Florencia, inmediatamente es contactado para que realice una escultura. Es así que crea el David, una espectacular obra de más de 4 metros de alto, que detalla a la perfección la anatomía del cuerpo humano. El David es un hombre joven desnudo que recoge en sí mismo el humanismo del renacimiento.
La fama del artista lo hace merecedor del reconocimiento de la Iglesia, y fue llamado por el Papa Julio II quien le solicitó realizara su tumba, esta debía ser esculpida con detalles únicos en mármol. Miguel Ángel acepta el compromiso y promete concluir la obra en 5 años. (Ver también: Museo de Arte Italiano)
El detalle de la tumba del Papa era muy exigente, sin embargo, no era de los trabajos que más motivaron al artista italiano, ya que los 5 años se convirtieron en 40 años y la obra quedó inconclusa. No obstante, la calidad y detalle incluso de las figuras no terminadas son dignos del reconocimiento del mundo.
Miguel Ángel trabajó de manera intermitente en esta obra hasta el año 1545 y sólo concluyó tres estatuas, de más de cuarenta que tenía previstas construir. Solo terminó el Moisés y dos Esclavos, pero tal como comentamos anteriormente las figuras inconclusas son una muestra de la habilidad del artista, ya que parecen que se encuentran dentro del bloque de mármol y Miguel Ángel solo estaba liberándolos.
En el medio artístico de la época había rivalidades y la habilidad y reconocimiento de Miguel Ángel generaba celos profesionales en algunos de sus colegas. Cuanta la historia que uno de los pintores que no tenía afecto por Miguel Ángel, le sugirió al Papa Julio II que le diera una obra de un fresco, para que Miguel Ángel demostrara que era un verdadero artista.
Es así que en paralelo a la obra escultórica de la tumba Papal, le pidió también que decorase el techo de la Capilla Sixtina. Miguel Ángel no deseaba aceptar esta nueva obra ya que consideraba que la pintura de frescos no era lo mejor que realizaba, prefería la escultura.
¿Quién diría que una sugerencia maliciosa de un artista celoso, sería lo que originaría la obra más sublime de Miguel Ángel?A pesar de no ser la expresión artística preferida por Miguel Ángel, los frescos que cubren el techo de la Capilla Sixtina los terminó en menos de cinco años.
En 1516 crea dos obras maestras la Biblioteca Laurenciana y la Capilla Medicea o Sacristía Nueva. Si bien se trata de restauraciones, los cambios incluidos por Miguel Ängel les brindas majestuosidad y los aleja de la arquitectura clásica.
La monumental escalera de la biblioteca sólo podía ser obra de Miguel Ángel. En 1534, Miguel Ángel se estableció en Roma de manera definitiva, elaboró el fresco del Juicio Final en la capilla Sixtina y supervisó muy de cerca las modificaciones de la Basílica de San Pedro, ya que había cambiado de manera contundente el diseño.
Todas esas acciones, obras y anécdotas comentadas en los párrafos anteriores le confieren a Miguel Ángel su gloria como artista determinante del Renacimiento, sus obras eran una muestra de los cambios de la época, de la crisis de la iglesia, de las guerras e incluso de la resistencia y la contrarreforma.
Sus obras eran una muestra de su compromiso político y nadie más tenía esa capacidad de ser tan auténtico y sincero al momento de crear arte, todo ello lo hacía un artista irreverente, ya que a pesar de la dependencia del patronazgo papal para poder realizar sus grandes obras, Miguel Ángel se resistía a abandonar las ideas de libertad de la República.
Un ejemplo de ello se refleja en la escultura del David Apolíneo que elaboró luego de la coronación del emperador Carlos V, no hay triunfo a pesar de ganar su batalla. Este tipo de obras y mensajes convertía a Miguel Ángel un artista único del renacimiento, que no puede ser comparado con ningún otro.