Las leyendas folclóricas de Costa Rica más conocidas

Un espíritu errante que caza viajeros, el llanto de un bebé ahogado o un perro que persigue borrachos, son parte de la increíble colección de Leyendas de Costa Rica. ¡Le invitamos a disfrutar de estas interesantes historias de Centroamérica, aquí!

LEYENDAS DE COSTA RICA

Leyendas de Costa Rica

Costa Rica es una nación ubicada en América Central que tiene una fascinante y rica tradición de leyendas y cuentos locales.

Son cuentos sorprendentes que generalmente relatan situaciones y hechos llenos de drama, donde suelen estar involucrados deidades rencorosas, vengativas y celosas, animas y espíritus solitarios, bestias feroces y peligrosas o seres celestiales que vienen a regalar bendiciones.  Las leyendas de Costa Rica fueron divididas en tres grupos según el tema que traten:

  • De la tierra: encargadas de contar sucesos de una sitio en particular.
  • De la religión: abarcan todas las manifestaciones y relatos relacionados con la fe católica.
  • De la magia: se centra en personajes sobrenaturales como aparecidos, espectros, espantos, bestias encantadas, etc.

Conocer sobre los mitos y leyendas de un país es una buena manera de aprender sobre la historia y las antiguas influencias culturales que hicieron lo que hoy es Costa Rica.

Muchas de estas leyendas hacen énfasis en lugares y hechos específicos, en temas morales y aleccionadores, que tratan de advertir a quienes viven o visitan una determinada región sobre los peligros de la vida libertina o fuera de las reglas establecidas.

Ciertamente la sociedad actual considera las leyendas de Costa Rica solo simples  relatos ficticios, es innegable su popularidad e influjo en el área cultural de esta nación.

Es difícil encontrar algún costarricense que no escuchara la historia de Joaquín y su transformación en animal feroz o la mujer engañada que acecha viajeros, lo cierto es, que estas historias son solo un atisbo de las ricas y coloridas tradiciones culturales de este país.

LEYENDAS DE COSTA RICA

Algunos de los relatos más populares de los caminos de Costa Rica, suelen ser aterradores e interesantes, otros mas esperanzadores y llenos de fe, a continuación le dejamos algunas leyendas de Costa Rica muy populares:

Cadejos

En Cartago vivía un joven llamado Joaquín, un joven que amaba las juergas, la vida libertina y que evitaba en lo posible tener que trabajar.

Sus padres y hermanos al principio fueron muy tolerantes con él, pues era el menor, pero no importaba cuanto tiempo pasara, Joaquín no daba señas de enseriarse, estaba fuera de control y aun cuando se lo reclamaran el muchacho no modificaba su conducta.

Las cosas estaban llegando demasiado lejos, cuando Joaquín regresó a casa después de una semana de fiesta. Holgazaneaba a placer, mientras sus hermanos trabajaban duro, así que su papá encolerizado lo echó de la casa diciéndole: “Echado y a cuatro patas seguirás por los siglos de los siglos, amén”.

Sus palabras fueron dichas con disgusto y desagrado, con tal fuerza que Joaquín casi de inmediato se transformó en un perro negro solitario, flacucho y triste.

La gente lo llama «cadejos» y suele verse a menudo, cuando seguía a hombres borrachos, parranderos y holgazanes que llegaban tarde, trotando a su lado, arrastrando su cadena, ligero y advertidor.

La Segua

Esta suele ser una leyendas de Costa Rica que sirve de advertencia a los parranderos, los borrachos y los maridos desleales.

LEYENDAS DE COSTA RICA

En la época colonial, vivió una mujer muy hermosa y con admiradores a granel, era conocida en toda la región, su nombre era Segua.

Ella no prestaba mucha atención a ningún mozo, sin embargo, puso sus ojos en un oficial español que tenía fama de rompecorazones y aun cuando su familia se opuso, ella le entregó su corazón.

El oficial sinvergüenza como era de esperarse le rompió el corazón y se dice que llena de dolor e ira, paso el resto de su vida y aun después de muerta vagando en busca de hombres a quien cobrar su amargura.

Se dice que se aparece por los caminos bien entrada la noche como una dama muy hermosa, ataviada elegantemente y a veces con el rostro cubierto.

La hermosa mujer con cara blanca como la porcelana, ojos negros grandes y larga melena oscura, podría aparecer repentinamente en el camino y pregunta a los caballeros solitarios si pueden llevarla a ver a su madre enferma.

Cuando el hombre la deja montar en su caballo, ella se transforma en un monstruo horrible, su rostro como calavera de caballo, ojos rojos y peligrosos dientes, intenta eliminar a su presa.

Se dice que la Segua elimina al incauto con un beso que le causa tal terror que muere, otros dicen que si alguien escapa queda raquítico. Muchos otros relatos indican que no los mata, solo les muerde la cara para señalarlos para siempre como adúlteros y lujuriosos.

LEYENDAS DE COSTA RICA

La Tulevieja

En días remotos, las mujeres de Costa Rica tenían la costumbre de usar sombreros de paja en la cabeza, tenían forma puntiaguda y eran útiles para proteger a sus dueños contra el sol, los vientos y los insectos.

Este tipo de sombreros eran muy utilizados por el campesino y los habitantes de las áreas rurales y no era extraño ver que generalmente estaban manchados de plátano o café y ajados de tanto uso.

La leyenda de la Tulevieja hace referencia a una señora muy anciana, que habitaba en la ribera del río Virilla, en una choza vieja y mal cuidada. Llevaba un sombrero tule, de paja, viejo, manchado y desgastado.

Debido a su forma retorcida, el sombrero y su dueña se convirtieron en el blanco de burlas y provocaciones de los chiquillos de la zona.

La mujer se enojaba mucho, tomaba una rama y corría tras ellos para infligir un castigo, pero eso solo empeoraba la situación para ella.

Un día cuando la anciana recogía leña, su sombrero de paja fue arrastrado por el viento y cayó al cercano río, siendo arrastrado por la corriente. La mujer saltó al agua para recuperarlo, pero la corriente era tan fuerte que se ahogó y su cuerpo desapareció dentro de las turbulentas aguas.

Desde ese momento en los alrededores se escucha un eco que repite: La Tulevieja, la Tulevieja y a veces sale a espantar a los niños que quieren bañarse en el río. Sin embargo también dicen que puede aparecer repentinamente y atacar a la gente que se comporta de manera inmoral cerca del río, desapareciendo su cuerpo para siempre.

LEYENDAS DE COSTA RICA

La carreta sin chofer

Se creía que los acontecimientos habían sucedido alrededor de 1858, cuando en Costa Rica después de la exitosa Campaña Nacional, el ejército del país regresó con los gérmenes mortales del cólera.

La epidemia diezmó a los habitantes y en muchos lugares en ese tiempo los cadáveres fueron trasladados por las carretas de madera de dos ruedas, que hacían un ruido muy particular cuando las ruedas saltaban contra los adoquines. Este ruido característico causo entre la población cierto miedo y trauma.

Pasada la epidemia, muchas historias se contaban referente a esos sonidos, muchos indicaban que aún se escuchaban durante la noche, aun cuando nadie podía ver las carretas.

Los misteriosos sonidos se escuchaban en muchas regiones del país, sembrando mucho miedo entre los habitantes quienes no salían de noche.

En las leyendas de Costa Rica más populares dicen que una carreta transita los caminos buscando gente avara, jóvenes libertinos y trasnochadores y matrimonios conflictivos. No siempre es sinónimo de la muerte de una persona, pero sí de malos augurios y enfermedad, dejando al que la avista padeciendo de estrabismo, tartamudez, etc.

La bruja Zárate

Al Sur de San José había una ciudad llamada Aserrí, que en las épocas de la colonia era regida por un importante e ilustre ciudadano español, que además era un hombre muy elegante y guapo.

En las laderas de la Piedra de Aserrí próxima a la ciudad vivía en una cueva la Bruja Zárate, quien según la historia sentía una pasión desenfrenada por el español.




Orígenes de los habitantes de Costa Rica

La historia de la Piedra blanca suele ser una visión de algunas tribus sobre el origen del mundo y los primeros aborígenes costarricenses.

Según antiguas creencias un gran pájaro alimentado de los frutos del cielo por dioses, se elevó en el aire y de sus excrementos se formó el mundo con continentes, mares, montañas y bosques. Justo sobre estas formaciones el pájaro dejó caer un pedazo de fruta del cielo, que al descomponerse se formaron personas y animales.

El pájaro trajo una mujer para que cuidara a los hombres formados de la fruta, pero a estos se les prohibió ver su rostro, solo los dioses tenían ese privilegio. Sabían que era una mujer solo por su cabello largo y su voz suave.

Vivían muy tranquilos y felices porque no tenían que trabajar, ni sembrar, ni cazar, pues todo lo que necesitaban lo obtenían de la mujer.

Un día, uno de los jóvenes indios enamorado de esa misteriosa figura sintió curiosidad, la sorprendió y la miró de repente, al instante la mujer desapareció y en el lugar donde estaba, comenzó a llover hasta formar un gran lago.

Los indios dicen que este lago existe hasta hoy en la Cordillera Talamanca y se reconoce porque en su centro se sitúa una piedra blanca, sobre la que a menudo se detiene un pájaro oscuro.

Cuando alza el vuelo se cree que dependiendo de la dirección a la que se dirige significa buenas o malas noticias, por ejemplo, cuando la pájaro gira hacia el norte, es una señal de que viene el verano, el solo y el buen clima y cuando vuela hacia el sur significa lluvia, humedad y mal tiempo.

El Viejo del Monte

Es llamado también el Dueño del Monte y los relatos lo describen muy diferente dependiendo del lugar y de quien lo narra.

Sin embargo, siempre presenta algunas características comunes, entre las que destacan su gran tamaño y fornido cuerpo, que está cubierto de pelos, monte y ramas, además de poseer un solo ojo.

Tiene la costumbre de recorrer las montañas y bosques, aullando y gritando pavorosamente, causando pánico a quienes andan por lo alrededores y persiguiendo al bromista atrevido que contesta su aullido.

El Viejo del Monte es el espíritu de un hombre que se dedicaba a la cacería por puro gusto, le agradaba matar animales y exhibirlos como trofeos.

Cuando este hombre falleció se dio cuenta de que cometió terribles errores en vida y arrepentido Dios le concedió una oportunidad de reivindicarse, esto gracias a los ruegos de San Francisco de Asís.

Se le dio una labor que le permitiría resarcir todos sus daños, su espíritu regresó a la tierra para cuidar y velar por los animales, librándolos de los hombres que les dañan por placer.

La llorona

Conocida en toda Latinoamérica y también llamada la quejica, la historia de este espanto tiene muchísimas versiones.

Una de esta no relata que en la época colonial, en la orilla del río Reventazón vivía una joven indígena comprometida con un gran guerrero escogido por su padre.

Un día llegó a las cercanías de la aldea un soldado español y se encontró con la chica, se enamoraron en seguida y comenzaron a encontrarse a escondidas cada noche, pues su padre jamás lo aceptaría.

La joven sucumbió a las caricias de su enamorado y como resultado, quedó embarazada. Cuando después dió a luz el niño, todos se dieron cuenta que era hijo del soldado español.

El amante fue asesinado y el bebé arrojado al agua, ella no pudo soportar esa situación y trastornada vaga tratando de encontrar a su hijo, clamando y llorando por la ribera del río.

Mico Malo

La leyenda dice que en Costa Rica vive un pequeño mono malo con ojos rojos y una larga cola con punta de flecha, de aspecto diabólico.

Se dice que las personas que andan de fiesta hasta tarde pueden encontrarlo, en los caminos como un espectro que brinca de un árbol a otro.

Micomalo no solo recorre zonas arboladas, le agrada espantar en los caminos y puentes a los comerciantes que llevan sus productos en las carretas, en las casas recorriendo techos y verjas, asustando a los animales en los corrales, alborotando, para que nadie pueda conciliar el sueño.

Se dice que frecuenta las casa donde las parejas se llevan mal y existen muchas peleas, visitándolos cada noche hasta su muerte si no cambian su manera de relacionarse.

La estatua del Cristo Negro

La leyenda dice que hace muchos años, en Guatemala, la policía perseguía a un hombre que se aprovechaba de las creencias religiosas de las personas utilizando una estatua de Cristo Negro, recaudando dinero para su beneficio personal.

Se escapó con la estatua a Guanacaste en Costa Rica, pronto los hombres locales decidieron detenerlo y entregarlo a las autoridades guatemaltecas. La estatua quedó oculta en un árbol propiedad de Bernabela Ramos en terrenos que serían el parque de Santa Cruz.

Uno de los vecinos, un indígena decidió llevar la estatua a su casa para su custodia, pero a la mañana siguiente, para su sorpresa, descubrió que la estatua había desaparecido.

Sin embargo, se sorprendió aún más cuando encontró que la estatua reposaba una vez más del árbol en el parque, esto ocurrió un par de veces más y la gente de la ciudad tomó esto como una señal de que la estatua quería un templo y procedieron a construirlo.

A través de los años, la estatua a quien llaman el Aparecido o cariñosamente el Negrito, ha sido sacada en procesión en Santa Cruz, la segunda semana de enero y se puede reconocer fácilmente porque le faltan dos dedos.

Los momotos

En tierras antiguas costarricenses viven seis especies de momotos, una especie de ave que hacen sus hogares en la tierra.

Según la leyenda Bribri, el dios Sibö les pidió a todas las criaturas que le colaboraran en la creación del mundo y todas participaron con gusto, excepto el momoto, que se ocultó en un agujero.

Cuenta la leyenda que los momotos se negaron a ayudar y en cambio se escondió en la tierra, pero dejó su cola expuesta por lo que las otras aves desnudaron todas sus plumas de la cola y solo dejaron las puntas, semejante a un péndulo.

Cuando el mundo estuvo completo, Sibo les dio un descanso a todos los animales trabajadores pues estaban muy cansados.

Pronto, apareció el momoto y comenzó a jactarse de lo duro que había trabajado. Pero la cola del pájaro lo delató, por lo que Sibo, que adivinó lo que había sucedido, le castigó y lo desterró a vivir en un agujero en el suelo.

La Virgen del Rescate

En 1565, una imagen de la Virgen del Rescate o Virgen de Ujarrás, hoy patrona de Costa Rica, apareció en el interior de un baúl de madera que flotaba en el mar y fue rescatado por un pescador indio.

El aborigen nunca había visto algo como eso y decidió entregarlos a los frailes de la ciudad de Cartago, siendo este un largo camino a transitar.

Cerca de la misión de Ujarrás, se sintió cansado y colocó el baúl en el suelo para descansar un poco. Cuando decidió reanudar el camino no pudo levantar la caja con la imagen, varios indígenas intentaron ayudar, pero no hubo manera de alzarla nuevamente.

Fueron en busca de los frailes, quienes al llegar abrieron la caja y observaron la imagen de la virgen. Ellos mandaron buscar herramientas y estructuras para llevarle en procesión, pero el peso no lo permitió. Esta negativa de la imagen fue considerada una señal para construir una capilla justo en ese lugar, dedicada a ella.

La Virgen del Mar

Los habitantes de Puntarenas llaman así a la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad. Su devoción comenzó con mayor fuerza cuando un barco pesquero de la zona naufragó hacia 1913, desapareciendo con todos los que iban a bordo.

El propietario del barco, pidió al párroco de la comunidad realizar oraciones a la Virgen del Carmen por el regreso de los pescadores y todos los pobladores se unieron a esta intención.

Pasados unos días los hombres fueron encontrados, todos sanos y en buenas condiciones. Una vez en tierra firme, hablaron sobre una mujer bondadosa que apareció cuando la tempestad era más fuerte y se sentían perdidos, les dio alimento y fuerza para que emprendieran el regreso a la costa nadando.

Luego de este milagro los lugareños veneran y rinden tributo a la Virgen del Carmen, que ellos llaman con mucho cariño la Virgen del Mar.

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