Resumen del Libro Relato de un Naufrago

El premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, escribió una novela donde relata las aventuras fantásticas de Luis Alejandro Velasco cuando naufragó tras una tormenta. Es una historia fascinante. Razones por las que te invito a leer el Relato de un Náufrago, es decir, el resumen de la obra.

RELATO DE UN NÁUFRAGO. RESUMEN

Gabriel García Márquez Autor de la Obra el Relato de Un Náufrago

La novela el Relato de un Náufrago fue escrita el Colombiano Gabriel García Márquez, quien nació en Magdalena Colombia, el 6 de marzo de 1927.

Este escritor, estuvo ligado en su juventud a los movimientos de izquierda. Desde sus inicios, García Márquez apuntó una narrativa que entroncaba con la tradición literaria.

Su primera novela publicada fue La Hojarasca, para 1982, obtuvo el Premio Nobel de Literatura Latinoamericana con su Obra Cien Años de Soledad.

Gabriel García Márquez, sufrió una consecuencia política con la novela El Relato de un Náufrago, ya que fue exiliado de Colombia.

Relato de Un Náufrago (Resumen sinóptico) del contenido de la Obra

La novela narra la historia de una embarcación que naufragó en el Mar Caribe un 28 de Febrero de 1955.

Una tormenta hizo naufragar al destructor de Caldas, de la Marina de Guerra de Colombia, la noticia de este hecho se propagó velozmente.

A la par con la noticia se inicia la búsqueda para hallar a los náufragos, fue infructuoso el rescate por lo que los marineros, fueron declarados muertos.

Para sorpresa, a 10 días del naufragio aparece Luis Alejandro Velasco, uno de los marineros desaparecidos.

Este náufrago, declara que había permanecido diez días sin haber ingerido alimentos, ni haber bebido agua, solo en una balsa a la deriva.

Cómo surge la obra del Relato de un Náufrago:

El náufrago propone a un joven periodista del diario El Espectador de Colombia narrar la verdadera historia.

Gabriel García Márquez, es el joven periodista quien se encargó de entrevistar a  Luis Alejandro Velasco el náufrago, durante veinte sesiones de seis horas diarias, para reconstruir el relato verídico de la travesía de sus diez días en el mar.

Por qué se Publica el Relato de un Náufrago  

El libro es la reconstrucción periodística de lo que el sobreviviente de la tragedia le había contado al autor en forma de entrevista para el diario “El Espectador”

Luis Alejandro el Náufrago le detalló todo lo ocurrido en la tragedia, demostrando la verdad del accidente, declaraciones de las cuales no se retractó y el gobierno lo expulsó de la marina.

La historia se publicó con éxito. Durante el dialogo salen a la luz verdades, lo que da paso que a que el Relato de Un Náufrago se convierte en una denuncia a la política de Colombia para la época.

Esta denuncia hecha novela condena al exilio, a quien para ese entonces era un joven periodista Gabriel García Márquez.

Estructura Narrativa de El Relato de un Náufrago

El Relato de un Náufrago, en resumen es una obra de Gabriel García Márquez, estructurada en 14 capítulos, donde se narra cada una de las aventuras de un náufrago para lograr sobrevivir. Los cuales se detallan a continuación:

Capítulo I: Cómo eran mis compañeros en el mar

Luis Alejandro con sus compañeros llevaban ocho meses en Alabama, en Mobile, tenían como misión reparar el destructor de la marina de guerra Caldas y recibir entrenamiento especial.

Con sus compañeros, iban al cine, se reunían con sus novias, visitaban a Joe Palooka, lugar donde tomaban whisky.

Luis, tenía una novia llamada Mary Addreess, y la apodaban Mary Dirección. Antes de zarpar vieron una película “El Motín del Caine”, se trataba de una tempestad en el mar.

Las escenas, le impresionaron a tal punto que se llenó de incertidumbres, malos pensamientos y un miedo que le invadió todo su ser.

Con su mejor amigo Ramón Herrera habían decido abandonar la marina, al regresar a su país.

El miedo que sentía perduró hasta día en que le correspondía zarpar, aunque no se imaginaba como lo fue su último viaje.

Los invitados a la muerte

El día que zarparon pensaba en la potencia del mar. Tanto era su temor, que ni siquiera pensaba en su novia Mary Addrees, alias Dirección.

La ruta del barco era peligrosa, tenían que cruzar el Golfo de México. Jaime Martínez Diego, único oficial que falleció en la catástrofe.

Luis Alejandro compartía litera con Luis Rengifo, quien hablaba con fluidez el idioma inglés, que lo había estudiado en Washington, recién casado con una dominicana.

Luis comentó que el mar se sentía muy bravo y Rengifo se burló, pero éste se recordó de las escenas de la película “El Motín del Caine”.

RELATO DE UN NAUFRAGO. RESUMEN

Capítulo II: Mis últimos minutos al bordo del Barco Lobo.

En la mañana del 26 de febrero, llegaron al Golfo de México, Luis ya estaba tranquilo y sin temores. Miguel Ortega, un cabo vomitaba a consecuencia de la marea.

Los temores regresaron, se lo comentó a Rengifo, lo calmó diciéndole que era un Barco lobo. Pero, el miedo regresó, junto con el recuerdo de la película.

Inicia el Baile

A la media noche del 27 de febrero, a los tripulantes se les ordenó pararse al lado de babor para hacer contrapeso y estabilizar el demoledor. Esto generó incertidumbre en Luis.

A las 5:30 de la madrugada compartió guardia con Ramón Herrera, Rengifo, Eduardo castillo, el cabo Miguel Ortega, este último no hubiera fallecido, si se hubiera quedado en el camarote, pues estaba mal del estómago.

Las olas cada vez más altas golpeaban fuertemente la cubierta, a pesar de que el día estaba despejado.

Un minuto de silencio

Luis Rengifo su compañero de litera con quien montaba guardia, advirtió que el barco se estaba hundiendo, pero la orden fue pasarse todos a babor. Luis se puso entre la carga para no ser arrastrado por ninguna ola.

Dieron la orden de colocarse salvavidas, pero una ola enorme los envistió y los arrojó, antes darse cuenta ya estaba en el agua.

Capítulo III: Viendo ahogarse a cuatro de mis compañeros.

Luis Alejandro al caer al mar se agarró de una de las cajas de mercancía que estaban por doquier. Por un momento perdió la noción del tiempo y lo que sucedía. Observó dos balsas en el mar, pero una se la llevó  ola, por lo que ya no la volvió a ver.

Luis decidió nadar para alcanzar la otra balsa, en ello, escuchó la voz de sus compañeros que estaban en la misma situación.

Ramón Herrera y Luis Rengifo estaban en el agua desesperados, Eduardo Castillo (el almacenista) se agarraba fuertemente del cuello de Julio Amador Caraballo.

Él nadó hasta llegar a la otra balsa se subió e intentó remar para alcanzar a Ramón, pero la brisa tan fuerte falló en el intento. Vio cuando Ramón, Caraballo y Castillo se hundieron al fondo del mar.

Por su parte, Rengifo intentaba llegar a la balsa nadando, Luis Alejandro con la misma desesperación intentaba remar para alcanzarlo. Sin embargo, cuando ya estaban a punto de lograr la hazaña, Rengifo no aguantó más y se hundió en el mar.

Solo en el Mar

Luis Alejandro, se imaginó que pronto vendrían a rescatar. Pero a las 12 m, se sintió totalmente solo en el mar. Se calmó pensando que en 2 o 3 horas irían a rescatarlo. Se percató de una herida en forma de media luna en una de sus rodillas, le ardía muchísimo, no le sangraba debido a la sal del mar.

Realizó una memoria de sus pertenencias, tenía el reloj que funcionaba, un anillo de oro,  sus llaves del loker, una cadena con la virgen del Carmen, tres tarjetas de establecimientos.

El reloj lo miraba a cada instante, pero nada sucedía, con la esperanza de que pronto vendrían a rescatar.

Capítulo IV: Mi primera Noche solo en el Mar Caribe

Luis pensó, que no demorarían en llegar aviones para el rescate. La balsa se movía con rapidez por la brisa, pensó que iba hacia el Mar Caribe.

Alrededor de la 1:00 pm, imaginó que enviarían helicópteros y aviones para su búsqueda. Pero la soledad, le hizo recordar los gritos de angustia de Luis Rengifo, diciéndole “Gordo rema para este lado”.

El tiempo transcurría y la brisa se hizo más suave, hasta casi parar, así como se detuvo también el sonido de Rengifo pidiéndole auxilio, pero tristemente ningún avión se aproximó a su rescate.

La gran noche

Pasó toda la tarde esperando escuchar el sonido de los helicópteros en búsqueda de sobrevivientes. Sin embargo, llegó la noche y aún nada.

Él albergaba la esperanza de observar las luces de las naves en búsqueda y rescate de la tripulación, miraba las estrellas e intentó identificarlas, reconoció a la Osa Menor, seguía viendo su reloj.

Se sentó al borde de la balsa, lugar no apropiado, pero ahí sentía más seguridad, porque creía estar a salvo de los animales marinos que sentía cuando pasaban debajo de la balsa.

A cada minuto observaba su reloj, pensó lanzarlo al mar, pero no llegó hacerlo, al contrario siguió mirandole constantemente.

Luz de cada día

Transcurrió la noche sin dormir a la espera de los aviones de rescate, ya al amanecer trataba de ver algun barco. Pero, solo sintió la brisa tibia, trató de estirarse, pero le dolía y ardía la piel.

Solo en la balsa, veía su reloj, era la hora del desayuno, recordó que en el demoledor, si no hubieran naufragado estaría comiendo su desayuno. Le dio hambre, pensó que lo sucedido era culpa de su mala suerte.

Un punto negro en el horizonte

En horas de mediodía recordó a Cartagena, tuvo la esperanza de que sus compañeros habían sido rescatados, la balsa avanzaba en línea recta, contrario a Cartagena.

De pronto, observó un punto negro que se acercaba, se quitó la camisa para alzarla y balancearla para llamar la atención.

Capítulo V: Yo tuve un compañero en la balsa

Luis agitó su camisa al pasar el avión, pero pasó demasiado lejos y con esa altura era imposible verle.

Tenía sed, mojó la camisa, se cubrió la cara con ella, se recostó boca arriba intentando proteger sus pulmones. De pronto, pasó otro avión, giró varias veces y se fue. Pasó otro, y sucedió lo mismo.

Uno pasó muy cerca que creyó que le había visto, pasó prácticamente encima de la balsa. El helicóptero era de los guardacostas, con unos binoculares una persona veía al mar, estaba entusiasmado agitó la camisa, pero pasó unas dos o tres veces, luego desapareció se fue y no volvió.

Se imaginó que probablemente lo habían visto y lo rescatarían en una hora, creía estar cerca de Cartagena y Panamá. Pasaron las horas y no lo rescataron. Cayó en el centro de la balsa, porque había visto la aleta de un tiburón, que se deslizaba lentamente.

Los tiburones llegan a las cinco

Estaba asustado con razón, porque a las cinco de la tarde se acercaban muchos tiburones y merodeaban a su alrededor. Estos escualos devoraban peces, pasaban junto a la balsa como si la escoltaran, pero se marchaban al anochecer.

Tras esa escena dantesca, había un atardecer hermoso, peces de muchos colores que nadaban en el mar cristalino. Sentía envidia del tiburón al ver el resto de pescado devorado por este.

Llegó la segunda noche, tenía mucha hambre y sed. Sacaba fuerzas para seguir remando hacia la Osa Menor con la ilusión de ser rescatado.

Un compañero en la Balsa

Agotado, con hambre y sed Luis se daba por vencido, pensó dejarse morir, pero de repente a las 2:00 am vio a Jaime Manjarrés quien le señalaba la dirección del puerto. Pensó que era un sueño, pero despierto seguía viéndole y sentía temor.

Se dispuso  a hablarles, porque Jaime le acompañaba en la balsa. Le preguntó a Luis del por qué no había tomado agua, ni comido. No respondió, era clara las razones.

Su amigo le señaló donde estaba Cartagena, Luis remó hacia esa dirección. Sin embargo, las luces del puerto, eran solo los primeros rayos de sol, un  nuevo amanecer.

RELATO DE UN NÁUFRAGO. RESUMEN

Capítulo VI: Un barco a la Vista y una Isla de Caníbales

Luis Alejandro, contaba los días marcando con rayas en la balsa. Sin embargo, se confundió al colocar 28, 29 y 30 de febrero, olvidando que este mes trae menos días, no siguió marcando para no seguir confundiéndose.

Por los embates del sol y la brisa salada del mar Estaba todo cubierto de ampollas, le costaba muchísimo respirar. A esta altura del naufragio no había ingerido alimentos ni consumido un sorbo de agua para saciar su sed.

La sed que le invadía, por lo que decidió sorber un poco de agua de mar, que a pesar de no quitarle la sed, al menos lo refrescó. A las cinco de la tarde regresaron los tiburones atraídos por el color blanco de la balsa.

Barco a la Vista

Siempre veía  a su amigo Jaime Manjarrés, hablaba con él de a ratos, pero luego Jaime se volvía a ir. A lo lejos visualizó un barco, desapareció, porque no pudo remar contra la brisa para alcanzarlo. Desolado gritaba, pero el barco desapareció.

Solo sentía deseos de morir, temía llegar a una isla habitada por caníbales, creía que era mejor el mar que la tierra. Había llegado la hora de morir, no sentía su cuerpo, no pensaba, decidió amarrarse a la balsa, según recuerda las instrucciones dadas.

En cinco días, era la primera vez que los peces golpeaban la balsa, se imaginó que eran atraídos por el olor de su cuerpo que estaba pudriéndose. De repente, vio  siete gaviotas  e imaginó que la tierra estaba cerca.

Una gaviota se posó en la balsa, Luis casi inmóvil permaneció en espera de que se acercara para atraparla y comersela.

Capítulo VII: Los Desesperados Recursos de un Hombre Hambriento

Luis sentía respeto por la vida de las gaviotas que son animales nobles, pero el hambre era más fuerte que sus principios.

Así, que cuando la gaviota se acercó la capturó y le rompió el cuello, pero al verle las visceras no pudo comerla.

Ya era Hombre Muerto

En su sexta noche en el mar, la luna lo iluminaba de manera sombría. Esa noche, su compañero no lo visitó.

Se sentía sin ninguna esperanza de sobrevivir. A las cinco de la tarde, se le ocurrió masticar las tarjetas del Mobile se le alivió la garganta y la boca se le lleno de saliva, ya la mandíbula le dolía por no usarla.

Nuevamente vio a las siete gaviotas y la esperanza volvió a surgir, intentó masticar sus zapatos de caucho, lo que le resultó infructuoso.

A la deriva por siete días, sentía menos fuerzas, solo veía el mar, el cielo y los peces escoltando la balsa, ya casi como sus compañeros de travesía.

Intentó capturar alguno con sus manos, pero estos huían rápidamente de su mano, incluso le daban pequeños mordiscos en los dedos, que ya los tenía en carne viva.

A diferencia, los tiburones se deban un banquetazo con los peces, uno de ellos de un zarpazo se metió en la balsa, se asustó al pensar que era un tiburón. Lo mató golpeándole con el remo varias veces.

El pez era verde metálico con escamas fuertes, por lo que creía que era venenoso, pero el hambre era más fuerte. Los tiburones golpearan la balsa por el olor de la sangre, dio dos mordiscos al pescado, se sintió satisfecho.

Se dispuso a lavarlo el pescado, cuando un tiburón de un solo mordisco se lo llevó. Estaba tan enojado que dio varios golpes con el remo al tiburón, pero el escualo de un solo mordisco le arrancó la mitad.

Capítulo IX: Comienza a Cambiar el Color del Agua

En la séptima noche contaba solo con la mitad del remo. El cielo, se veía nublado, con indicios de lluvia. Se quitó los zapatos para agarrar agua, la brisa era extremadamente fría de repente una ola enorme volteó la balsa.

Dio dos vueltas, en la segunda casi se ahoga, ya que se había atado para no soltarse y perderse, le costó aflojarse la hebilla y aguantar la respiración.

Estaba tan cansado, había tragado mucha agua salada y para más, tenía que intentar mantener la balsa estable, para evitar que se volteara nuevamente.

El sol del amanecer

El mar estaba picado, ya al amanecer, no llovió, le tocó tomar nuevamente agua del mar, que ahora, no le caía mal.

Observó una gaviota vieja y grande volar por encima de su balsa, una de esas que no se alejan de tierra, muchas otras gaviotas le acompañaban.

El mar había cambiado de color, se había vuelto verdoso y oscuro, pensó que estaba cerca de la costa, permaneció la noche en vela para verla. Llegó a su mente el recuerdo de su novia Mary Andress.

En el octavo día, pensaba en su novia, ella asistía a una misa por el descanso de su alma. Renació de nuevo la esperanza y las fuerzas para llegar a tierra firme.

Capítulo X: Perdidas las Esperanzas hasta la Muerte

La vieja gaviota se postró en la balsa y permaneció toda la noche, le picoteaba la cabeza, sin lastimarlo. Luis Alejandro sentía como unas caricias,  no tenía deseos de comérsela a pesar del hambre que tenía.

Amaneció, ya habían pasado nueve días y aún no veía tierra. Su estructura corporal estaba totalmente cubierta de llagas, unas ulceras enormes ocasionadas por el sol y el mar.

Su aspecto era patético, la barba le llegaba al cuello, pensó en todo lo que había padecido desde que naufragó del demoledor, se desesperó y se dejó caer de espaldas al sol para que sus pulmones colapsaran y se asfixiara hasta morir.

Por un momento no sentía ni hambre, ni sed e incluso no le dolía nada. Llegó  a su memoria gratos recuerdos cuando iba a la tienda del judío Massey Nasser para ver a las bailarinas tipo árabe y a tomar unos tragos.

Se asustó cuando miró el enorme rostro de una tortuga de cuatro metros, no sabía si era real o ficticia esa visión. Pero, lo que si era cierto, que el miedo de nuevo se apoderó de Luis.

Ese miedo, lo hizo reaccionar y desear seguir viviendo, aunque en la mañana se había dado por vencido.

La raíz misteriosa

Pasado nueve días en el mar, Luis no ha visto ni una fibra de hierba en la superficie. De repente, vio una raíz en medio de la balsa enredada, esta era de nuevo una señal que la tierra estaba cerca.

Agarró la raíz y se la comió, sabía a sangre, por lo que no lo reanimó. Se imaginó que era mejor morir, comenzó a rezar con la medalla de la virgen del Carmen. Sentía el fin, es decir, la hora de su muerte se acercaba.

Capítulo XI: El Décimo Día. Otra Alucinación en Tierra

La novena noche fue la más larga de todas, la pasó alucinando y recordando los sucesos de los últimos días, desde el momento que naufragaron, ya no tenía conciencia del tiempo que había estado en el mar.

El dolor punzante de su rodilla y una fiebre muy alta, hicieron que reaccionara de nuevo. Vio el horizonte de pronto, le pareció ver los perfiles de una palmera, creyó que estaba alucinando, pero poco a poco veía tierra y las palmas.

Como pudo, tomó el remo roto e intentó remar, pero la balsa se dirigía hacia unos acantilados y se lanzó al agua a nadar. Estaba a 2 km de Punta Caribana, intentó nadar, como un último recurso por salvarse.

Cuando nadaba la virgen del Carmen cayó, pero la recuperó con los dientes. De pronto, no vio más la tierra e intentó regresar a la balsa pero ya era tarde.

Capítulo XII: Una Resurrección en Tierra Extraña

Nadó y nadó, después de 15 minutos observó tierra, como era buen nadador, a pesar de sus condiciones físicas, llegó a la orilla, allí  permaneció unos diez minutos inmóvil, recobrando fuerzas.

Vio un coco e intentó abrirlo con las llaves para saciar su sed, pero no lo logró, se enojó y lo lanzó. Escuchó el ladrido de un perro y vio a una chica joven, negra, pensó que estaba en Jamaica  y le pidió ayuda en inglés, la chica huyó aterrorizada.

Luis Alejandro, no se imaginaba que había llegado a Colombia, ladró nuevamente el perro y un hombre blanco con dos burros se acercó para ayudarle. Luis preguntó, en qué sitio estaba y respondió Colombia, trató de explicarle quien era, pero éste solo le manifestó que iría por ayuda.

Capítulo XIII: 600 Hombres me conducen a San Juan

El hombre regresó acompañado de la chica negra, su mujer, lo subieron a un burro y lo llevaron a una casa. Las mujeres lo alimentaron a base de azúcar y canela. Se fue recuperando y sentía grandes deseos de contar su aventura.

Ellos desconocían el sucedo del naufragio, porque en ese pueblo no llegaban los periódicos. Sin embargo, se le avisó al comisario, quien llegó con una multitud de curiosos, quienes lo escoltaron hasta Mulatos el pueblo más cercano, donde había un médico.

Éste le comunicó que había una avioneta esperándole que le llevara a Bogotá, donde le esperaba su familia.

Capítulo XIV: Mi heroísmo Consistió en no Dejarme Morir

Lo trasladaron al hospital militar, estaba custodiado por un guardia que no dejaba que nadie se le acercara, menos aún los reporteros. Pero, un periodista disfrazado burló a las autoridades, le hizo varias preguntas, el guardia lo interpeló porque sospechaba de su falsa identidad.

El periódico “El Tiempo· publicó unos dibujos realizados por Luis y sus declaraciones. Luis pronto se convirtió en un héroe al que todos le pedían que contara su historia.

Descubrió que su travesía era un negocio, pues le ofrecían dinero por contarla tanto en radio como en la TV. También, hacía anuncios para relojes y demás artículos.

Era tan famoso, que recibió carta de Pereira con un extenso poema. Unos le decían que su historia era inverosímil y fantástica. Entonces él les preguntaba: “Entonces ¿Qué hice durante mis diez días en el mar?”

Características del Discurso narrativo en El Relato de un Náufrago

Novela basada en la reconstrucción periodística de lo contado por el  sobreviviente de un naufragio para el periódico “El Espectador”. En el relato, describe la vivencia de Luis Alejandro Velasco, un soldado en medio del mar por diez días.

Su estructura narrativa es lineal: planteamiento, desarrollo y desenlace.

Los diálogos son pocos, prevalece la descripción de todo lo que vive el náufrago producto de sus alucinaciones.

Elementos presentes en la Historia

Una vez conocidas las características, haremos mención de los elementos que están presentes para profundizar en el tema:

La tragedia

Narra el naufragio de un barco, por exceso de peso. Sucumbieron diez marinos menos el náufrago.

La política

Suceso basado en un accidente naval en un barco que transportaba mercancía de contrabando a Colombia de Alabama, es un problema político social, el gobierno del  dictador Gustavo Rojas Pinilla estaba al tanto del traslado supo del naufragio y no hizo nada.

El escritor

Inspirado por los hechos que contó el joven náufrago escribe la obra, se dio cuenta del problema sociopolítico que estaba suscitando tal evento.

RELATO DE UN NÁUFRAGO RESUMEN

La mentira

Al exiliar al escritor, pensaron ocultar la verdad, pero en 1955 en 14 ediciones publicó el relato de un náufrago en el periódico El Espectador en la ciudad de París, por lo que todo se descubrió.

Lugar y tiempo

Los hechos suceden desde Puerto Mobile en Alabama y las Costas Colombianas. Zarparon el 24 de febrero, pero la sobrecarga hizo hundir el barco.

El 28 de febrero murieron 10  de sus tripulantes y 1 sobreviviente arribó el 8 de Marzo de 1955 a las Costas de Mulatos.

Argumento

Se centra en la supervivencia, de un hombre durante diez días de naufragio, Comió pescado crudo, intentó comerse un ave, sin tomar agua dulce, sino sorbos de agua de mar, herido, quemaduras por el sol y terror a ser devorado por tiburones, es el transitar tenebroso para este náufrago.

Personajes 

  1. Personaje Principal: El oficial de bajo rango de la Marina  de Colombia, Luis Alejandro Velasco: formaba  parte del grupo de navegación del destructor.
  2. Personajes secundarios:personajes mencionados por el náufrago en su relato:
  • Mary Adress. Novia de Luis Alejandro, en Mobile.
  • Luis Rengifo. compañero  de litera.
  • Marinero de bajo rango, Ramón HerrerAa. le gustaba imitar cantantes.
  • Miguel Ortega o Cabo de Artillería. Sufrió de mareos.
  • Oficial de Operaciones Jaime Martínez Diego: Muerto en el mar.
  • Julio Amador Caraballo: Sub-Oficial Primero.
  • Eduardo Castillo: Almacenista.
  • Muchacha negra: La persona que lo vio  después del naufragio.
  • Dámaso Imítela: rescata a Luis Alejandro de la playa.
  • Elías Sabogal: Jefe de Máquinas.

RELATO DE UN NÁUFRAGO RESUMEN

Otras Obras del Autor:

Conoce a continuación otras obras destacadas del autor:

  • Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez
  • Crónica de una Muerte Anunciada, de Gabriel García Márquez
  • Del Amor y Otros Demonios, de Gabriel García Márquez
  • Doce Cuentos Peregrinos, de Gabriel García Márquez
  • El Amor En Los Tiempos Del Cólera, de Gabriel García Márquez
  • El Coronel No Tiene Quien Le Escriba, de Gabriel García Márquez
  • El General en su Laberinto, de Gabriel García Márquez
  • El Otoño del Patriarca, de Gabriel García Márquez
  • Gabo Periodista, de Gabriel García Márquez
  • La Hojarasca, de Gabriel García Márquez
  • Noticia de un Secuestro, de Gabriel García Márquez
  • Ojos de Perro Azul, de Gabriel García Márquez
  • Vivir Para Contarla, de Gabriel García Márquez
  • Yo No Vengo a Decir un Discurso, de Gabriel García Márquez

Importante

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